"Desaparecido" es un buen ejemplo de como se puede hacer un cine comprometido desde posiciones izquierdistas sin caer en las más soez caricaturización de las ideas contrarias cosa que se echa de menos en el cine español. En esta ocasión Costa-Gravas narra la desaparición de un joven norteamericano durante la instauración de la Dictadura de Pinochet en Chile en 1973.

Resulta de bastante interés el contraste de posiciones entre el padre (un brillante Jack Lemmon), un típico americano conservador-republicano y la mujer del muchacho (Sissi Spacek), izquierdista como su marido (el desaparecido). Pero, como ya digo, ambas posturas son tratadas con respeto, sin maniqueísmos, de tal modo que en ocasiones el espectador da la razón a uno u a otro.

La historia, estrujada al máximo, no da para mucho más de lo que nos ofrece el director. Es una desaparición y su consecuente búsqueda en una cinta que deviene policiaca por momentos. Del mismo modo resulta difícil mantener la tensión (spoiler) y también se hecha en falta más profundidad (por ejemplo, por qué se produjo el golpe) y una mayor implicación emocional ya que la filmación me resulta demasiado fría y objetiva para mi gusto. Aún así el director trata de compensarlo adentrándose en la psicología de los personajes, y sobre todo, con la denuncia de la influencia americana en el golpe de Estado.

Sobre dicha influencia americana en el golpe militar, está fuera de toda duda de que existió en realidad, y este filme nos advierte de cómo una democracia se puede desmoronar cuando los mismos demócratas, los defensores de la democracia, anteponen otros intereses (económicos, estratégicos, políticos) al régimen democrático en si: todo el mundo quiere votar pero cuando te tocan el bolsillo, los mismos que vociferan que quieren democracia y libertad mandan a los militares a que fusilen a quien se ponga por medio. Y en esto, Estados Unidos, como país democrático por excelencia se lleva la palma.