Esta película de Satoshi Kon, basada en la novela homónima de Yoshikazu Takeuchi, amenaza con ser una obra rayante en su empeño con mezclar el thriller psicológico, la informática y cierta estética con la que quiere convertirse en una obra de culto. En parte tiene un ligero aire a David Lynch pero también a Darren Aronofsky, en especial en su "Cisne negro" (2010), que mira por donde no deja de ser una adaptación de la presente. Ya que estamos, existen una versión de "Perfect Blue" con actores de carne y hueso del 2002 y otra para televisión del 2010, ambas japonesas.

En el fondo la película tiene muchas posibilidades porque maneja ideas siempre llamativas, como la confusión de realidad y ficción o simplemente de identidades. Por desgracia, aunque "Perfect Blue" esta realizada con cierta serenidad y un sobrio toque de madurez, se equivoca completamente en su idea central, que os cuento en el SPOILER. De hecho, el espectador siempre sabe distinguir cuál es la identidad auténtica de Mima y cuando duda es porque Satoshi pretende engañar al espectador con situaciones que sólo se pueden explicar acudiendo a cierta locura o paranoia.

Esta historia requiere mucha inteligencia para que funcione realmente y por ejemplo, unos planteamientos mucho más ambiguos. Por ejemplo, que nunca sepamos si es una actriz que interpreta a una asesina en un papel en una serie o bien una asesina que finge ser actriz; una cantante obligada a actuar o una intérprete que sueña con ser en realidad cantante. Incluso esta confusión podría alimentarse con recursos tan sencillos como que ella como su personaje se llamaran igual: Mima. En cambio las salidas del director son torpes, liosas, tramposas o imposibles. Mal hecho.