La polémica, mezclada con el morbo, que desató esta película casi acaba con la carrera de Demi Moore, cosa que sí consiguieron con Elizabeth Berkley, que era más novata, en "Showgirls" (1995), lo que nos lleva a pensar que el desnudo femenino en estos ámbitos es peligrosísimo. Sea como fuere, "Striptease" sobrevivió en la taquilla, costó 40 millones de dólares y recaudó más de 113, pero se llevó seis Razzies, incluido a peor película, arrastrando por una cosa y la otra un halo de bodrio casposo de los que echan para atrás al espectador más amante de lo comercial. Dicho esto, sorprende que la película haya sido calificada sólo como no apta para los menores de doce años, lo que es difícil de entender si tenemos en cuanto que se ven unos cuantos pechos desnudos, al no ser que sea cierta la teoría del amigo berzasdub, de que se trata de un nuevo género, el erótico infantil.

La verdad es que pese a sus mujeres en cueros, no es nada erótica, ni sensual, ni cosa parecida. En este terreno, sobresale la figura de Demi Moore, que se nota que se ha trabajado el papel, guapa, musculosa... y con pechos operados. Sobre este punto, como en todos, mis gustos son extremadamente conservadores. No hace falta irse a Urbana (Pandora Peaks), cuyo busto exagerado resulta repulsivo, si no que cualquier implante de silicona afea la figura, además de ser completamente innecesario. Es verdad que una buena delantera natural, por ejemplo, Blanca Suárez la tiene, es un atractivo más pero si no, es peor acudir al bisturí. Volviendo a la película, lo más malo es que no acaba de definirse en un género concreto. Pretender ser un thriller policial, un drama familiar, algo erótico y una comedia tonta, todo a la vez, mezcla con la que resulta ser boba y un poco cutre.