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Voto de Reaccionario:
6
Drama Fiel adaptación para el cine de la obra homónima de Shakespeare. Terminada la guerra civil entre César y Pompeyo (49-46 a. C.), César se convierte en dictador vitalicio y concentra en su persona todos los poderes, lo cual implica, de hecho, la desaparición de la República. En el año 44 a. C., Casio y Bruto, dos nobles romanos defensores a ultranza de las libertades republicanas, encabezan una conjura contra el dictador, que es asesinado ... [+]
4 de julio de 2012
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que junto al "Rey Lear" y "Macbeth", "Julio César" sea la mejor obra de William Shakespeare, por encima de las más populares "Otelo", "Hamlet" o "Romeo y Julieta". Aún así la tarea de Jospeh L. Mankiewicz no es nada fácil pues las adaptaciones teatrales a la gran pantalla no han dado buenos resultados por lo general. En este caso, sin apenas cambios respecto al texto del dramaturgo británico, el resultado que consigue el director norteamericano pero de origen alemán que no polaco como podría deducirse por el apellido, es más que meritorio.

Su estilo es muy teatral y por eso los diálogos y parlamentos son fundamentales. Sin embargo esta película tiene algo especial que hace que los mismos, que en otras ocasiones pudieran resultar faltos de naturalidad o difíciles de seguir, te resulten como música para los oídos. Sólo escucharlos declamar con ese lenguaje tan rebuscando pero bello es ya razón más que suficiente para ver esta obra. De hecho, mientras la veía pensaba que tanto el realismo y la naturalidad más bien podían irse a hacer gárgaras en pos de la grandilocuente, de lo artificial y majestuoso de esa forma de representar la realidad. Por su parte, los actores, especialmente James Mason y Marlon Brandon, están sensacionales y tal vez esa es una de las razones para que la obra resulte tan atractiva.

En lo que es directamente la trama de la película la oposición entre César (y luego Marco Antonio) y los conspiradores es de sumo interés. Históricamente la razón para el asesinato de Julio César fue evitar que el Senado lo convirtiera en Rey lo cual parecía que se iba a producir el mismo día en que murió. Los argumentos republicanos nos son muy actuales y apelan constantemente a los dogmas liberales de libertad y patria y rechazo a la tiranía, la esclavitud, o al despotismo. Por eso para nuestra mentalidad democrática (para el que la tenga) los conspiradores deben ser los buenos. Mankiewicz así lo entiende y por eso parece que el héroe del relato es Bruto. Sin embargo cuando vemos como se fraguó de forma tan traicionero el complot, los asesinos nos parecen mezquinos (a parte de un clasismo insoportable. Todo lo que no sean ellos son "vil chusma y populacho"). Incluso Bruto se me antoja un cínico demagogo cuyo supuesto interés por el bien público no es más que el intento de hacer pasar su ideología republicana como la única forma posible de régimen político.

Por su parte, muy distinta y, sin duda, mucho mejor hubiera sido la historia si hubiera vivido y hubiese sido coronado como Rey Julio César, cuya grandeza está fuera de toda duda. Que luego Marco Antonio u Octavio Augusto, especialmente este último, no estuviera a la altura de las circunstancias para mantener el legado de César es harina de otro costal. Pero lo que si está claro es que después de él los romanos nunca más volvieron a desear la república y si el gobierno de César o de sus legítimos sucesores.
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