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Voto de Reaccionario:
4
Comedia. Drama. Romance Un viaje de Londres a la Riviera francesa hará que Joanna y su marido Mark revivan los románticos comienzos de su relación, los primeros años de su matrimonio y sus respectivas infidelidades. Con el paso del tiempo los dos han cambiado, por lo que tendrán que enfrentarse a un dilema: separarse o aceptarse mutuamente tal como son.
28 de septiembre de 2018
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo cierto es que olía a rollo de carretera, la típica película de mucho hablar y poco hacer, como que se pasan este matrimonio formado por Mark (Albert Finney) y Audrey Hepburn (Joanna) dialogando desde que salen de Londres hasta que llegan a la Riviera francesa. Por fortuna se van intercalando numerosos recuerdos hasta el punto que el espectador puede acabar más mareado que en las carreteras de la Costa Azul, esas que aparecen en "Atrapa un ladrón" (1955), ya que estamos en Francia, y de vez en cuando salen unos secundarios para amenizar la velada. Por ejemplo, la familia de la niña hipercaprichosa acaba siendo de lo más gracioso de "Dos en la carretera", aunque si se piensa no aporta nada salvo distraer.

El caso es que lo que se propone Stanley Donen con ese estilo vanguardista cercano a la Nouvelle Vague es un análisis de las relaciones de pareja, o más bien, del auge y caída del amor en un matrimonio. Sin embargo, se muestra torpe en reflejar esta idea, pierde mucho tiempo en cuestiones secundarias y al final nos quedamos sin saber qué es lo que les ha pasado para que acaben tan distanciados, en apariencia. Es decir, las claves de la ruptura no se tocan. A esto hay que añadirle que la pareja nunca te convence en un amor que es de lo más teatral y que te deja indiferente, y que la trama termina siendo muy fea. Aunque para feo, el look de Joanna del final, ese que se vislumbra en el cartel. Horroroso.
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