Aquí llega el esperado regreso de J. K. Rowling con la versión cinematográfica de su libro "Animales fantásticos y dónde encontrarlos", publicado por primera vez en el 2001. Se trata de un spin off de la archifamosa saga de "Harry Potter" (2001-2011), pero con una relación muy leve con la misma. De hecho nos encontramos en el Nueva York de 1926 y salvo alguna mención a Hogwarts y poco más, apenas nada las une. Por eso la misma autora ha explicado que realmente no es un spin off sino una nueva historia basada en el mismo universo mágico. Sea como fuere, con más de 814 millones de dólares recaudados se convirtió en la octava película más taquillera del mundo en el 2016.

Dicho lo cual y antes de seguir hay que explicar que la obra que firma David Yates no deja de ser un engaño. Os cuento. El libro de Rowling es una especie de diccionario aséptico sobre criaturas mágicas y dónde encontrarlas, como indica su título. Sin embargo, el film no va de esta búsqueda, lo que hubiera podido quedar bien, sino que los bichos se escapan de una maleta y simplemente hay que recuperarlos. Es decir, que lo de "dónde encontrarlos" es mentira. Sea como fuere, me preguntaba que si no se trata de una novela de dónde había salido la trama de "Animales fantásticos y dónde encontrarlos". Pues de la mismita J. K. Rowling, que es la que ha escrito el guión.

Yendo a lo fundamental la película no funciona porque se construye sobre dos tramas que no tienen absolutamente nada que ver la una con la otra, la búsqueda de las criaturas mágicas y la que se relaciona con el Obscurus. Lo peor es que la importante, que es la segunda, está pobremente contada, se ve venir y resulta incomprensible, porque no sabemos qué quiere el malo ni porqué los buenos lo atacan sin motivo. En fin, en lo demás tampoco sale muy beneficiada, especialmente en una vergonzosa historia "romántica" y con sus personajes feministas-feos-anacrónicos: la presidenta negra, la rubia tonta y la que falta, la única que lleva pantalones en toda Nueva York.