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Voto de Reaccionario:
6
Acción Tang Lung (Bruce Lee) llega a Roma para ayudar a una amiga de la familia, Chen Ching Hua (Nora Miao), amenazada por unos gangsters locales que quieren apropiarse de su restaurante. Poco después de la llegada de Tang, los criminales irrumpen en el restaurante con la intención de obligar a Chen a firmar la venta de su propiedad. Después de que se burlen del estilo de combate de su país natal, un furioso Tang reta a los matones y les ... [+]
10 de abril de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si la puntuación hubiera que otorgarse sólo a Bruce Lee merecería sin duda un 10. Pero esto es cine y no sólo artes marciales porque lo que hay que valorar "El furor del dragón" desde el punto de vista cinematográfico. Y vista en conjunto la película no es que sea muy boyante, por la bisoñez omnipresente, lo repetitivo del guión o lo forzado del planteamiento para que tenga que haber peleas y no poder acabar a tiros con los buenos.

Pero claro, está Bruce Lee y cada vez que se pone en serio, su figura te transmite tanta fuerza, tanta determinación, energía y furor, que te electrifica antes incluso de ponerse a pelear. Luego, verle en la lucha es todo una gozada. Sus combates son bastante reales y la progresión en los mismos acaban deparando un par de combates de muy alto nivel y una traca final antológica con el legendario combate en el Coliseo de Roma contra Chuck Norris.

Es precisamente en la parte final cuando se delata que "El furor del dragón" es una especie de Western, rodado, claro está, por Sergio Leone pero en Kung-Fu. Es más, estoy convencido de que la música que aparece es, en fragmentos, la de "Hasta que llegó su hora". Con los luchadores como modernos pistoleros, uno enfrente de otro, mirándose a la cara y con la pausa y tensión previos al tiroteo/combate final, uno piensa que menuda obra hubiera rodado Leone si hubiera caído. Y por, supuesto, con música de Ennio Morricone.

Además vuelvo a insistir que las peleas son reales: en ellas los rivales se ponen en posición, en guardia, golpean, esquivan, hacen fintas, guardan la distancia, lanzan contras o rompen la distancia para intercambiar golpes en una proximidad que es casi mortal. Y en ellas, la genialidad de Bruce Lee brilla con luz propia en un derroche de explosividad, habilidad y, por encima de todo, una personalidad única.
Reaccionario
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