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España España · málaga
Voto de nachete:
5
Terror Chucky ha vuelto. El famoso muñeco asesino de sonrisa satánica resucita en este nuevo episodio. A pesar de que en su última escapada quedó totalmente achicharrado, Chucky resurge de sus cenizas cuando una fábrica de juguetes decide reconstruirlo para acabar con la mala publicidad que la rodea. Chucky vuelve a estar entero y sigue la pista de su presa hasta una familia de acogida... (FILMAFFINITY)
7 de septiembre de 2007
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cosa tampoco es para tirar cohetes ni romparse la camisa de emoción, pero lo cierto es que esta secuela del cabrón de Chucky siempre me cayó en gracia. ¿Por qué? No sé, imagino que porque un puto muñeco sádico y pelirojo armado con un cuchillo de carnicero es algo que me ha molado siempre y que siempre me molará, con independencia del conjunto fílmico en el que habite: es una figura icónica inextinguible y perturbadora. En esta segunda parte se intenta explotar un poco más dicho personaje, como es normal, pero al final acaba cayendo en el típico tour de muertes ridículas que marcan la saga, si acaso potenciando algo más la ironía que en la original. Nada demasiado novedoso.

Se notan, eso sí, las primeras muestras de simpatía del guionista hacia su personaje, especialmente si nos fijamos en las víctimas seleccionadas: unos padres adoptivos perfectamente asesinables dentro de su inapelable estupidez y una profesora odiosa e insoportable a la que apetece machacar con nuestras propias manos, entre otras lindezas humanas. O sea, que Chucky hace el trabajo sucio para que nosotros nos sintamos mejor como espectadores. Lo de la terapia de choque del chavalín, sin embargo, me parece un recurso narrativo excesivo e inverosímil que, por fortuna, se acaba compensando con un inteligente y creativo clímax final situado en la fábrica donde facturan los Chuckys en serie. Una idea estupenda, aunque no llegue a explotar su potencial referencial tanto como cabría esperar.

Por lo demás, una serie B sin demasiadas novedades: Chucky sigue armándola dentro de un conjunto ochentero tan irregular como, en el fondo, eficaz y entrañable.

Lo mejor: el final en la fábrica.
Lo peor: pocas sorpresas.
nachete
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