Tengo tanto que decir sobre esta película, pero tampoco es que esa brisa poética que tienen algunas obras pueda expresarse tan fácilmente en palabras. Primero, que siempre me provoca volver a verla. Es algo que solo me me pasa con algunas películas. Segundo, que Brass in pockets de Pretenders interpretada en vivo en 1980 es una joyita almacenada por ahí en los pasadizos de Youtube que si la escuchas con la chica que te gusta irá bastante bien, y si la chica que te gusta lleva una peluca morada irá el doble de bien. La fotografía, la profundidad, esa intimidad que no es tan fácil describir, ese sentido del humor directo que linda con lo frío, esa monotonía, ay esa monotonía que tanto nos cuesta aceptar. Esta es para mí la mejor película de Sofía Copolla y mi aprecio por el cine tiene que ver con esta película.