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Voto de gabo:
7
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7,2
46.668
Ciencia ficción. Aventuras. Drama
En el Año 10191 el desértico planeta Arrakis, feudo de la familia Harkonnen desde hace generaciones, queda en manos de la Casa de los Atreides por orden del emperador. Con ello les cede la explotación de las reservas de especia, la materia prima más valiosa de la galaxia, necesaria para los viajes interestelares y también una droga capaz de amplificar la conciencia y extender la vida. El duque Leto (Oscar Isaac), la dama Jessica ... [+]
3 de noviembre de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dune es una película de luces pero también sombras y es en estas ultimas donde reside el verdadero interés cinematográfico del film, en esos entornos conspirativos, en los movimientos de las siluetas de las Bene Gesserit por la brumosa noche buscando confirmar los rumores de la llegada del elegido, pero también esas sombras perfilan los escenarios referidos a los integrantes de la casa Harkonnen como aquel lugar de abordaje de sus tropas para el asalto al planeta Arrakis, o su mismo ataque; milimétrico y raudo donde estos personajes se camuflan naturalmente en la oscuridad para dar ese golpe de gracia por la espalda como aquel que recibe el duque Leto.
Seguimos en la zona de spoilers
Para mas reseñas viste: https://oasisdelcine.wordpress.com/
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
También en esas sombras se mueven no solo los antagonistas sino incluso miembros de la casa Atreides, en este caso Lady Jessica, interpretada por una notable Rebecca Ferguson, que busca mantener sus intereses en lo mas profundo de su ser para no comprometer el destino del Kwisatz Haderach, como aquella conversación en la penumbra de la noche, no revelando el carácter arcano de su organización pero también su personaje brinda matices, perfilando tres identidades a lo largo de la película, la de madre, esposa y sacerdotisa, expresando con sutilidad estos diferentes estadios a lo largo del metraje.
Por otra parte, en las luces es donde la película pierde interés, los días en el planeta desértico son pensados en términos cinematográficos para el exhibicionismo, para que el aparataje visual se luzca con esos inmensos planos generales pero que carecen de perspectiva en la dramática, como aquel donde unos extenuados Paul y Jessica se cambian de ropajes o aquellos donde se compone visualmente al monstruoso gusano devorando una maquina extractiva. Todo ello atosigado hasta la saciedad por un Zimmer megalómano en sus intenciones musicales como en las dramáticas, apantallando con ese estilo de música prefabricada tan característica en tiempos recientes por parte del compositor.
En muchas ocasiones Villeneuve se regodea en el homenaje celebratorio creyendo que así logrará un mayor calado en la construcción dramática de personajes y escenarios como aquel Barón sacado no del horror sino de las comodidades del palacio de Giedi Prime; eliminando el sentido del gesto de Brando en la inmortal película de Coppola quedando como un pastiche, también podríamos usar ese término en muchas de las secuencias del desierto sacado mas de un manual redactado por David Lean que de la mente propia del cineasta. Donde Lean construía la emoción a través del desierto, de sus grandes dunas y combinándolas con las líneas de referencia y las composiciones como aquella entrada imposible de Sherif Ali o donde un extenuado Lawrence ve como un barco surge de las Dunas para indicar que llegaron a Suez. Aquí Villeneuve nunca consigue que ese espacio limpio se llene de vida, que se llene de figuras que lo recorran para sobrevivir.
Cierro esta reseña con una frase de Roger Deakins:
«No hay nada peor que una toma ostentosa o alguna iluminación que llame la atención sobre sí misma, y podrías decir: ‘Oh, guau, eso es espectacular’. O esa toma espectacular, un gran movimiento de grúa o algo así. Pero no es necesariamente lo correcto para la película: saltas, piensas en la superficie y no te quedas ahí con los personajes y la historia.»
Eso sucede muchas veces en la película, esta se vanagloria de su visualidad mas no recuerda que en el plano hay seres humanos de carne y hueso con dramas que narrar e interiorizar.
Por otra parte, en las luces es donde la película pierde interés, los días en el planeta desértico son pensados en términos cinematográficos para el exhibicionismo, para que el aparataje visual se luzca con esos inmensos planos generales pero que carecen de perspectiva en la dramática, como aquel donde unos extenuados Paul y Jessica se cambian de ropajes o aquellos donde se compone visualmente al monstruoso gusano devorando una maquina extractiva. Todo ello atosigado hasta la saciedad por un Zimmer megalómano en sus intenciones musicales como en las dramáticas, apantallando con ese estilo de música prefabricada tan característica en tiempos recientes por parte del compositor.
En muchas ocasiones Villeneuve se regodea en el homenaje celebratorio creyendo que así logrará un mayor calado en la construcción dramática de personajes y escenarios como aquel Barón sacado no del horror sino de las comodidades del palacio de Giedi Prime; eliminando el sentido del gesto de Brando en la inmortal película de Coppola quedando como un pastiche, también podríamos usar ese término en muchas de las secuencias del desierto sacado mas de un manual redactado por David Lean que de la mente propia del cineasta. Donde Lean construía la emoción a través del desierto, de sus grandes dunas y combinándolas con las líneas de referencia y las composiciones como aquella entrada imposible de Sherif Ali o donde un extenuado Lawrence ve como un barco surge de las Dunas para indicar que llegaron a Suez. Aquí Villeneuve nunca consigue que ese espacio limpio se llene de vida, que se llene de figuras que lo recorran para sobrevivir.
Cierro esta reseña con una frase de Roger Deakins:
«No hay nada peor que una toma ostentosa o alguna iluminación que llame la atención sobre sí misma, y podrías decir: ‘Oh, guau, eso es espectacular’. O esa toma espectacular, un gran movimiento de grúa o algo así. Pero no es necesariamente lo correcto para la película: saltas, piensas en la superficie y no te quedas ahí con los personajes y la historia.»
Eso sucede muchas veces en la película, esta se vanagloria de su visualidad mas no recuerda que en el plano hay seres humanos de carne y hueso con dramas que narrar e interiorizar.