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Voto de gabo:
10
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6,8
2.718
Animación. Ciencia ficción. Drama
Suzu es una joven de 17 años que, tras perder a su madre, se traslada a vivir con su padre a las afueras de la prefectura de Kochi. Con el corazón roto y distanciada del mundo, descubre "U", un espacio virtual en el que asume el rol de "Belle".
3 de noviembre de 2021
19 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
La lozanía y vigencia del libro de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont se debe a lo cautivante de su argumento, donde se prima la cohesión de los opuestos y aquel sentimiento de aceptación de la fealdad no como algo estético sino como algo inherente al ser humano que la bondad puede transformar; pero también debe esa vialidad a las diferentes interpretaciones que a lo largo de sus casi tres siglos de existencia ha tenido la obra. El cine ha dado su aporte a esta fábula ancestral desde la magistral y poética película de Jean Cocteau donde hacia un balance perfecto entre lo gótico del castillo de la desdichada criatura y el aspecto surreal del relato: también habría que mencionar la formidable fantasía romántica desatada que es la película producida por Disney a inicios de los noventa, que significo uno de los puntos álgidos de su era de renacimiento. Una película donde revivía la tradición gloriosa del musical de antaño con sus grandes números y canciones con perspectiva dramática mezclada con un cuidado tratamiento de la forma, desde la presentación del hechizado príncipe, usando vitrales hasta la sensibilidad que despertaba el personaje de Bella. Una película que marco época e hizo que la animación se cuele en las grandes ceremonias de premios de Hollywood compitiendo al mismo nivel con obras maestras de la talla de JFK o The Silence of the Lambs en la entrega del Oscar de 1992.
Mamoru Hosoda a lo largo de su filmografía ha planteado sus tramas siempre en dos planos, el de su preocupación por la llegada de la modernidad y nuestra interacción con esta teniendo como ejemplo sus colaboraciones con el anime de Digimon o en la apoteósica Summer Wars pero el núcleo de sus películas reside en la profundidad dramática de sus personajes, en sus diversos viajes transformativos como el de la inolvidable Hana en Wolf Children en su odisea maternal o el de el joven Kun en Mirai donde tiene un viaje para hermanar tanto el pasado con el presente y encontrarse a si mismo. ¿Pero quién podría algún día amar a una bestia? esa es la pregunta capital que se hace el director en esta película, un amor que no nace del sentimiento romántico ni de la pasión amorosa sino de una forma más profunda que lo desarrolla a lo largo de todo su metraje, el amor por el semejante y por la humanidad.
La película inicia con un metamensaje, como si fuera un instructivo de un nuevo programa instalado que sin embargo esconde las necesidades dramáticas de la película, tras ello, el color delimita la presencia de ese falso mundo, una ilusión vibrante lleno de avatares de tonalidades intensas como el vestido de Suzu formados por rosas de un rojo vivo recordando a los musicales de Minnelli donde lo cromático determinado por la presencia del Technicolor era nuestra introducción a la ensoñación y la fantasía, especialmente en sus musicales donde esa mentira cantada era elevada a categoría artística suprema. Tras el formidable inicio, la realidad se hace presente, esta no se contrasta considerablemente del mundo ficcional porque mantiene el verdor del campo rural o lo ríos prístinos de un celeste marcado. Por el contrario de Suzu, la protagonista, donde ella prácticamente realiza un ostracismo realzado por su ropa de color gris, apagada y fría que demuestra su apatía por este mundo real desde la muerte de su madre en aquel día funesto donde nubarrones grisáceos marcaron su futuro.
Seguimos en la zona de spoilers
Para mas reseñas viste: https://oasisdelcine.wordpress.com/
Mamoru Hosoda a lo largo de su filmografía ha planteado sus tramas siempre en dos planos, el de su preocupación por la llegada de la modernidad y nuestra interacción con esta teniendo como ejemplo sus colaboraciones con el anime de Digimon o en la apoteósica Summer Wars pero el núcleo de sus películas reside en la profundidad dramática de sus personajes, en sus diversos viajes transformativos como el de la inolvidable Hana en Wolf Children en su odisea maternal o el de el joven Kun en Mirai donde tiene un viaje para hermanar tanto el pasado con el presente y encontrarse a si mismo. ¿Pero quién podría algún día amar a una bestia? esa es la pregunta capital que se hace el director en esta película, un amor que no nace del sentimiento romántico ni de la pasión amorosa sino de una forma más profunda que lo desarrolla a lo largo de todo su metraje, el amor por el semejante y por la humanidad.
La película inicia con un metamensaje, como si fuera un instructivo de un nuevo programa instalado que sin embargo esconde las necesidades dramáticas de la película, tras ello, el color delimita la presencia de ese falso mundo, una ilusión vibrante lleno de avatares de tonalidades intensas como el vestido de Suzu formados por rosas de un rojo vivo recordando a los musicales de Minnelli donde lo cromático determinado por la presencia del Technicolor era nuestra introducción a la ensoñación y la fantasía, especialmente en sus musicales donde esa mentira cantada era elevada a categoría artística suprema. Tras el formidable inicio, la realidad se hace presente, esta no se contrasta considerablemente del mundo ficcional porque mantiene el verdor del campo rural o lo ríos prístinos de un celeste marcado. Por el contrario de Suzu, la protagonista, donde ella prácticamente realiza un ostracismo realzado por su ropa de color gris, apagada y fría que demuestra su apatía por este mundo real desde la muerte de su madre en aquel día funesto donde nubarrones grisáceos marcaron su futuro.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Belle también es una película de secretos, de represiones, de aquello que nosotros ocultamos en lo mas profundo de nuestro ser para estar incluidos en el gran andamiaje social, todos en U ocultan algo; como aquella idol de fama efímera o la amiga de la protagonista sosteniendo una relación platónica con su profesor, hasta el beisbolista con marcas de cirugías, y son esas marcas de nuestra vida que esa ilusión de U puede desaparecer como cuando Suzu ingresa a ese nuevo mundo, el avatar toma su forma, la purifica de sus defectos y se fusiona con ella. Tras ello, el milagro se da y se libera de sus ataduras recuperando la vocación de cantar de una forma tan atrayente como sí se tratase de una sirena. Pero en lo mas profundo de esa realidad virtual se esconde un ser misterioso, insertado en lo mas profundo del software, una bestia de repugnante apariencia, de pronunciados cuernos y de marcas que ocultar que sin embargo son la manifestación un cruel trasfondo real.
La relación entre Belle y la bestia no se cimienta sobre motivos románticos, sino que Hosoda va más allá, siendo una relación de comprensión, de complementariedad, de necesidad, ambos son seres rotos, destruidos por la tragedia y lanzados al mundo, la bondad de ella mostrará las heridas internas de la bestia, lo hará mas humano, lo revelará como un ser que debe ser entendido y no juzgado por su horrorosa apariencia o por interrumpir aquella supuesta paz diseñada por los censores de U sacados mas de un relato orwelliano que de una fábula infantil. Por otra parte, Hosoda hace un inteligente uso de la muisca, como un recordatorio de aquello que el tiempo olvido o más bien que Suzu reprime por el duelo, cantar, por eso el main theme aparece en dos secuencias claves, el flashcack inicial y antes que ella cante “A Millon Miles Away” casi como terminando la magnánima obra que componía junto a su difunta progenitora en su celular, siendo el cimiento de su recomposición emocional manifestado al cantar con su verdadera forma, sin máscaras, sin falsos avatares, siendo ella misma, encontrando el valor de expresarse al mundo, pero a su vez rememorando al que fue la piedra angular de ese cambio, la bestia.
Pero también es una película como mencionábamos que la conexión humana es fundamental, por eso no es casualidad que la primera persona en seguir a esta nueva ídolo del internet sea Tomo, un niño de rasgos timoratos y de apariencia endeble; el comparte al igual que Suzu esa desconexión con el mundo real porque ambos están solos en esta tierra, ambos comparten el gris de sus vestimentas y el chico la admira por la comprensión y empatía hacia su hermano, la bestia, por eso en un rincón de su habitación tiene un florero de rosas similares a las del vestido. Pero Suzu no es puesta en un altar de salvadora, ni es un símbolo de moralidad superior. Ella necesita saber él porque del sacrificio, del desprendimiento de lo que motivo a su madre a esa acción noble; para reencontrarse con el pasado y así misma. Por eso Hosoda hace un ultimo movimiento magistral, vuelve metafóricamente al pasado, al entorno lluvioso y de nubes grisáceas casi replicando aquel día donde Suzu lo perdió todo, pero esta vez protegiendo a esos dos menores del abuso de su cruel padre como hizo su madre con aquella niña atrapada en el rio. Entendiéndola y perdonándola en el proceso ya que ella dio su vida por algún extraño y ella lo hará por estos niños, siendo el más grande gesto de desprendimiento de las personas, el amor a la humanidad misma.
Tras ello ya no hay que vivir con máscaras por eso un halo de atardecer se proyecta sobre el horizonte de U, siendo el ocaso de esta y el nuevo amanecer se percibe en la realidad con ese sol saliendo radiante, una luz de vida, de esperanza, de un futuro mejor donde Suzu se puede quedar y cantar, uno donde puede ser realmente feliz.
La relación entre Belle y la bestia no se cimienta sobre motivos románticos, sino que Hosoda va más allá, siendo una relación de comprensión, de complementariedad, de necesidad, ambos son seres rotos, destruidos por la tragedia y lanzados al mundo, la bondad de ella mostrará las heridas internas de la bestia, lo hará mas humano, lo revelará como un ser que debe ser entendido y no juzgado por su horrorosa apariencia o por interrumpir aquella supuesta paz diseñada por los censores de U sacados mas de un relato orwelliano que de una fábula infantil. Por otra parte, Hosoda hace un inteligente uso de la muisca, como un recordatorio de aquello que el tiempo olvido o más bien que Suzu reprime por el duelo, cantar, por eso el main theme aparece en dos secuencias claves, el flashcack inicial y antes que ella cante “A Millon Miles Away” casi como terminando la magnánima obra que componía junto a su difunta progenitora en su celular, siendo el cimiento de su recomposición emocional manifestado al cantar con su verdadera forma, sin máscaras, sin falsos avatares, siendo ella misma, encontrando el valor de expresarse al mundo, pero a su vez rememorando al que fue la piedra angular de ese cambio, la bestia.
Pero también es una película como mencionábamos que la conexión humana es fundamental, por eso no es casualidad que la primera persona en seguir a esta nueva ídolo del internet sea Tomo, un niño de rasgos timoratos y de apariencia endeble; el comparte al igual que Suzu esa desconexión con el mundo real porque ambos están solos en esta tierra, ambos comparten el gris de sus vestimentas y el chico la admira por la comprensión y empatía hacia su hermano, la bestia, por eso en un rincón de su habitación tiene un florero de rosas similares a las del vestido. Pero Suzu no es puesta en un altar de salvadora, ni es un símbolo de moralidad superior. Ella necesita saber él porque del sacrificio, del desprendimiento de lo que motivo a su madre a esa acción noble; para reencontrarse con el pasado y así misma. Por eso Hosoda hace un ultimo movimiento magistral, vuelve metafóricamente al pasado, al entorno lluvioso y de nubes grisáceas casi replicando aquel día donde Suzu lo perdió todo, pero esta vez protegiendo a esos dos menores del abuso de su cruel padre como hizo su madre con aquella niña atrapada en el rio. Entendiéndola y perdonándola en el proceso ya que ella dio su vida por algún extraño y ella lo hará por estos niños, siendo el más grande gesto de desprendimiento de las personas, el amor a la humanidad misma.
Tras ello ya no hay que vivir con máscaras por eso un halo de atardecer se proyecta sobre el horizonte de U, siendo el ocaso de esta y el nuevo amanecer se percibe en la realidad con ese sol saliendo radiante, una luz de vida, de esperanza, de un futuro mejor donde Suzu se puede quedar y cantar, uno donde puede ser realmente feliz.