El debut de Shane Black en el cine fue como actor, siendo la primera víctima del villano de Depredador (1987). Debió pensar ese mismo año que se ganaría la vida mucho mejor como guionista tras ser el escritor de la exitosa Arma Letal (1987), y continuar con los libretos de Una Pandilla Alucinante (1987), El Último Gran Héroe (1993) y Memoria Letal (1996) -que se convirtió en el guión mejor pagado de la historia-. Las películas que ha escrito posteriormente las ha dirigido, Kiss Kiss Bang Bang (2005) y la reciente Iron Man 3 (2013). El Último Boy Scout (1991) fue su tercer guión, no muy diferente al que escribió para la saga con Mel Gibson y Danny Glover que tantos beneficios le dio.

El Último Boy Scout es una buddy movie, película con pareja de polis colegas investigando un caso. En El Último Boy Scout no es exactamente así, pues la pareja la forma el detective Joe Hallenbeck (Bruce Willis) y un jugador de futbol americano (Damon Wayans), que investigan el crimen cometido a la novia del segundo, una bailarina de striptease (Halle Berry) conocedora de apuestas ilegales en partidos del deporte ese que tanto triunfa por ahí.

Proyecto a la medida de Bruce Willis, quien tras Jungla de Cristal se especializó en el cine de acción. Aquí, al igual que en gran parte de su carrera, interpreta a un agente de la ley, sucio, borracho y malhablado que siempre tiene ocurrencias y chistes cuando dispara a los malos. Vamos, lo mismo que en Jungla de Cristal pero cambiando el marco de tensión de la película situada en el rascacielos, por un poco trascendente caso policial que solo logra captar la atención del espectador cuando hay un par de tiroteos rodados con el habitual desenfreno de Tony Scott (1944-2012), experto en estos quehaceres. Sobre el director un párrafo al final que nada tiene que ver con su correcta labor en la película.

Shane Black cobró 1'75 millones de dólares por el guión de esta película, y una vez acabada la pregunta que viene a la cabeza es ¿Por qué? -así, a lo Mourinho-. Y es que no hay nada especial en el guión de El Último Boy Scout salvo los chistes que les escribieron a la pareja Willis/Wayans y los 102 'fucks' y- otro tipo de tacos- que sueltan por sus bocas. A El Último Boy Scout le falta historia, también acción, incluso un buen villano, algo que acompañe a los hilarantes diálogos que recita la entonada pareja protagonista.

Siempre he sido un fan de Tony Scott, pero entre la decepción que fueron sus últimos trabajos y lo flojas que me parecen las revisiones que recientemente he hecho de los que sí me gustaron, se me está cayendo el mito al suelo. Soy de los pocos que dicen que Tony era mejor que su hermano Ridley Scott, si bien películas como esta solo entretenida El Último Boy Scout van a hacer que cada vez lo diga con la boca más pequeña.