Una vez acabada, lo primero que a uno se le pasa por la cabeza después de ver E.S.O, es que los ministros de cultura, en lugar de preocuparse tanto por el cierre de webs y la piratería, debería encargarse de que semejantes despropósitos cinematográficos llegaran nunca a las salas, más con ayuda de las subvenciones del estado que pagamos todos a través de nuestros impuestos. Y en el caso de que quieran llevarlas a cabo, que cojan el ejemplo de Jose Luis Alemán, que sin ayudas ha llevado a cabo su díptico La Herencia Valdemar y La Sombra Prohibida (aunque por ello ha sido criticado por sus compañeros de profesión).

E. S. O. o Entidad Sobrenatural Oculta (aunque en realidad creo que el título viene porque ninguno de los responsables del film tiene la Educación Secundaria Obligatoria) es el nuevo trabajo de Santiago Lapeira (de quien solo conozco su película Rescate, la cual un amigo mío es su protagonista). La película es una combinación de cine de terror y aventuras juveniles similares a las que podemos encontrar en los libros de R.L. Stine Pesadillas, aunque la verdad es que Lapeira debe tener un concepto algo difuso de lo que es tanto un film de terror (no asusta) como uno de aventuras (no entretiene).

Un grupo de pimpollos participa en un trabajo sobre la historia del colegio donde estudian, que les lleva a descubrir que en las profundidades del recinto murieron sepultados un grupo de niños durante la guerra civil. Por supuesto, los difuntos niños no se encuentran de muy buen humor y se cargarán a todo aquel que se ponga por delante.

Hablar de algo bueno en E.S.O. es tarea imposible, empezando por la labor de Lapeira y su escasa idea de timing narrativo: dura 85 minutos y en el minuto 70 los puñeteros niños aún no han bajado al subterráneo, creando con ello el grave problema que un film de tan escasa duración se haga largo.

En el reparto pues un grupo de mocosos que harán carrera obviando que han participado en este esperpento, y veteranos como Fernando Guillén y Sergi Mateu en busca del banco más cercano para cobrar el cheque (aunque vista la aportación tampoco creo que sea muy suculento).

Otra película que ayuda a darle la razón a todos aquellos que dicen que el cine español es una basura, cuando para nada es así.