6 de enero de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy buen drama carcelario y paso adelante en la carrera de Daniel Monzón, que con esta película se consolida como uno de los referentes actuales en el cine español.
Un fantástico guión, con escenas que exigen gran despliegue (en las escenas en los que intervienen muchos presidiarios, por ejemplo) e interpretaciones creíbles debido al perfil de los personajes que están interpretando. En éste campo actoral, el cast principal realiza su labor sin fisuras, no hay peros que poner a sus trabajos. Sobre todo, Luis Tosar brilla como Malamadre y su ya mítico acento y caracterización. No sé si le veré en papeles mejores que éste.
Otro punto positivo es que apenas hay tiempo para descansos. En casi todo el metraje, los sucesos se desencadenan como fichas de domino que van cayendo. Al llevar bien narrativamente el desarrollo, desde mi punto de vista, no llega a ser empalagoso.
El mensaje que quiere transmitir la película es quizás algo que ya se ha visto en otras cintas; aunque en esta ocasión lo lleva de una manera algo más original ya que retrata cruelmente a miembros de los que se ocupan de repartir orden y justicia.
Si en España se puede 'parir' películas de esta calidad es que no debemos tener mal personal, a pesar de que a veces pueda parecer lo contrario.
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