Empecé a ver este anime casi forzado, después de muchísimos "te va a gustar, y he de reconocer que los primeros episodios me resultaron más de lo mismo que puedo ver en cualquier otro shonen, pero por querer ver a donde me llevaba la historia continué, y poco a poco me fui absorbiendo cada vez más en la serie, haciéndome pasar lo que yo llamo "el efecto del puzzle" es decir, empecé a ver una gran cantidad de tramas y personajes que mi subconsciente sabía que estaban unidos, pero hasta el último segundo no sabes nada. Y eso me atrapó. Este anime consigue, si la visualizas con atención, transmitirte una filosofía de vida, y eso pocas series lo hacen. Y esto solo en cuanto a trama.
La música es muy acertada en todos los momentos de la serie, sabiendo transmitir lo que buscan en cada momento, y haciendo que un anime de 64 capítulos llegue más hondo que otras con cientos de capítulos.
En cuanto a personajes, aunque algunos son más planos (aunque pese a ello en ningún momento dejan de ser interesantes) la mayoría son muy cambiantes a lo largo de la serie, haciendo una progresión, y con ello, sientes que realmente los hechos marcan; no solo se trata de un momento que evoca pena o alegría... es más: son momentos que marcan y cambian a los personajes, dejando cicatrices en su personalidad.