Es sencillamente extraordinaria. Con un guión así , la gran mayoría se hubiera perdido en el camino. Porque es no es una historia fácil de contar. Pero Polanski hace fácil lo difícil, y lo realmente bueno de la película es la lección de dirección que nos regala este hombre.

Que no necesita parafernalias estéticas y visuales. Ni adornos que solo sirven para la teatralidad y para entorpecer la comprensión de la historia. Polanski lo sabe, y es de agradecer.

Es una lección magistral de lenguaje cinematográfico en toda regla.A destacar el sentido del ritmo, sublime. Capaz de crear interés a través del suspense, digno del mejor Hitchcock. Con uno de los mejores finales de la historia del cine.

Y es que Polanski es mucho Polanski