Pocas veces la Academia de Hollywood ha nominado al Oscar de mejor película una obra de terror. El precedente lo tenía El exorcista y tanto una como otra lograron un rotundo éxito de taquilla. El sexto sentido fue el segundo film de M. Night Shyamalan y con el que se consagró como uno de los directores más prometedores de comienzos de siglo. Sin embargo, su carrera ha ido torciéndose en los últimos años con trabajos mediocres. La película cuenta la historia de un niño con poderes para comunicarse con los muertos que recibe la ayuda de un psicólogo encarnado por un soberbio Bruce Willis que injustamente fue ninguneado por los académicos. Las víctimas tratan de comunicarse con él para denunciar sus muertes cuando éstas no se han producido de forma natural.

El niño prodigio y actualmente olvidado Haley Joel Osment interpreta al atormentado muchacho que las pasará tan canutas como nosotros cuando ve muertos. Un guión plagado de situaciones cargadas de tensión consiguen que el espectador experimente auténtico terror y de vez en cuando salte en la butaca con algunos sustos realmente logrados. El final es efectista pero válido. El sexto sentido es una de las mejores películas de terror de los últimos años. Una obra maestra del género que puso muy alto el listón a su ambicioso director dispuesto a estrenar una película cada año tan sorprendente como ésta o más. Lamentablemente no lo consiguió. De sus obras posteriores destaco Señales, El bosque y El incidente y detesto El protegido, La joven del agua y Airbender.