El terrateniente del pueblo valiéndose de la magia negra y el vudú convierte a sus habitantes en zombies para que trabajen en la mina de estaño de su propiedad. Una mina en la que nadie quiere trabajar dada su peligrosidad.

De todas formas, los zombies aparecen como esclavos domesticados que trabajan al servicio de su creador. No producen terror sino que se les presenta como víctimas del vudú que terminan rebelándose contra sus amos muriendo todos abrasados en la mina.

En la secuencia final aparecen los zombies entrando en combustión y cuando tratan de apagarse el fuego entre ellos resulta involuntariamente gracioso. Tampoco ayudan las máscaras que llevan puestas en la cara algunos de ellos.