Tercera y última entrega de la trilogía del dólar y para mi gusto la mejor, la más larga, la más ambiciosa y la más entretenida.

De nuevo Clint Eastwood vuelve a encarnar al pistolero sin nombre, quien junto a Lee Van Cleef y Eli Wallach van en busca de un tesoro para cuyo hallazgo se necesitan los tres. Esto, como dice el personaje de Eastwood, hará que estén muy tranquilos porque "mi mayor enemigo vela por mi". Y todo en medio de la guerra de Secesión americana en la que involuntariamente se verán inmersos viviendo innumerables y peligrosas aventuras al ritmo de la archipopular banda sonora de Morricone.

Todo un acierto la inclusión del personaje de Tuco interpretado brillantemente por el gran Eli Wallach, que muchas veces roba el protagonismo de los otros dos. Un tipo sucio y desarrapado pero muy astuto que de tanto asco como da, acabas cogiéndole simpatía. Me divierte su forma de cabrearse e insultar a sus contrarios y el consejo que le da a uno de sus asesinos perseguidores, "cuando se dispara no se habla tanto".

Es la obra cumbre del spaghetti western que se llevó el aplauso del público y el reconocimiento de casi toda la crítica, rendida ante un director como Sergio Leone que demostró estar a la altura de los más grandes. Y el que diga lo contrario es el hijo de una perra sarnosa y de una mofeta bastarda.