Esta cinta, pese al magnífico trabajo de Brian Cox como Churchill y la siempre convincente Miranda Richardson como su sufrida esposa, Clementine, cojea bastante para mi gusto en el guión. El león torie se nos muestra como un hombre en exceso apocado ante los planes para el día D, temeroso de otro desastre semejante al de Gallipolli, en el que tomó parte y le atormentó toda su vida, en eso sí acierta la guionista.
Churchill fue sin duda el hombre que salvó al mundo de la barbarie nazi. Sin él, sin su firmeza, dotes de estratega e intenso apoyo de su pueblo, Hitler con todos sus malvados nazis habrían tenido todas las de ganar. Centrada la cinta en los cuatro días previos al desembarco, las discusiones entre el premier británico y Monty y Ike son de elevado tono, lo cual también se corresponde con la realidad, así como las zozobras de este gran hombre, que llevaba ya cinco años combatiendo a los nazis, los dos primeros de ellos en absoluta soledad.
Pero aparte de la falta de rigor histórico en algunos pasajes, el film peca de exceso de patriotismo y buenismo, de "political correctness", algo muy al uso hoy en todos los ámbitos de nuestra vida.
Tendremos que ver hacia dónde se encamina el cine británico post-brexit, pero las muestras que voy viendo hasta ahora no me hacen concebir demasiadas esperanzas.

Quien quiera perder algo de su tiempo conmigo, abro hoy un blog :www.missabadosdecine.blogspot.com..saludos...