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España España · Madrid
Voto de jokinr:
2
Ciencia ficción. Terror Cuando una bella hembra resultante del cruce de un ser humano y un alienígena (Natasha Henstridge) se escapa de un laboratorio de observación, el científico Javier Fich (Ben Kingsley) envía en su búsqueda a un asesino profesional (Michael Madsen), a un psiquiatra, a una bióloga y a un antropólogo. Mientras siguen su pista por Los Ángeles, el equipo descubre cuál es su plan; aparearse con hombres para producir crías que puedan destruir a ... [+]
4 de noviembre de 2014
3 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obligado a verla en una sobremesa familiar en la que las referencias cinematográficas van desde el Señor de los culillos a Harry Potas, me prometí a mí mismo intentar deglutirla con el menor número de prejuicios posible y reprimir en la medida en que cupiera mi vena sarcástica. Fue tarea imposible; a los diez minutos, cuando explican el quid de la cuestión, no pude evitar empezar con mis chistes malos. El planteamiento de la historia era ya una simpleza vista mil veces, por no decir un semiplagio bien camuflado de Blade Runner, sólo que aquí el perseguidor es múltiple y el perseguido, o la perseguida, mejor dicho, una: un cruce de marciano y humana que se escapa por ahí con ansias de reproducirse y de cargarse a toda tía buena que le quite el ligue de turno. El equipo perseguidor no tiene desperdicio y es de lo “mejor” de la película. El jefe es Ben Kingsley interpretándose a sí mismo con los ojos tan saltones que parece que iba como preguntántode algo; también hay por ahí un par de científicos especializados en cosas raras de ésas que sólo existen en yanquilandia, un brujo de raza negra y un matón. Esta tropa es una de los más chapuzas que se han visto desde Scooby Doo y explica en cierta forma la actual decadencia del imperio estadounidense, dejando a Torrente a la altura del Premio Nobel. En resumen, los "atractivos" de la película son muchos, pero entre ellos destacan, por un lado, que el mencionado cruce de especies es una hembra (y utilizo esta palabra porque se supone que no es un ser humano), que está cañón. Con extraterrestres como ésta todos los hombres (y digo hombres queriendo expresar el género masculino del Homo sapiens sapiens) estamos deseando que nos invadan los platillos volantes pero ya. Claro que estas marcianas, vista la peli, tienen unos gustos muy exquisitos: sólo se tiran a tíos buenos o ricachones, por lo que un servidor estaría descartado en la agenda reproductora de estas bichas. El segundo atractivo del filme es el brujo, interpretado patéticamente por un Forest Whitaker que por la cara de tonto que pone durante toda la peli parece uno de los guionistas de la misma. El momento más molón del chamán es cuando se pone el gorro de punto en plan chamán africano-comomolo.
Y aparte de esto, la verdad es que poco más tiene el filme. En Sitges le dieron un premio a los efectos especiales pero supongo que el jurado estaría algo fumado. Por mi parte, durante la visión de este atentado fílmico, yo hubiera esperado que la marciana cañón se acostara con el matón de turno, que se lo comiera y luego lo vomitara o que hubiera puesto una superbomba en el centro de la ciudad creando una matanza sin precedentes pero ni siquiera esto se les ha ocurrido a los preclaros guionistas; en conclusión, que a esta película no la levanta ni Torrente.
jokinr
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