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España España · Madrid
Voto de jokinr:
5
Drama. Romance En París, en 1971. Delphine conoce a Carole. La primera, hija de campesinos, se muda a la capital para alcanzar la independencia económica y ser dueña de su propia vida. La segunda tiene novio y vive felizmente los comienzos del movimiento feminista. A Delphine, misteriosa y reservada, le gustan las mujeres. Carole ni se plantea esa posibilidad. De su encuentro surge una historia de amor que desequilibrará sus vidas al tropezar con la realidad. (FILMAFFINITY) [+]
11 de agosto de 2016
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
A diferencia de otras cintas de temática homosexual ésta parece ajena a la mera y simple reivindicación, a pesar de no serlo, ya que es precisamente la estrategia de la mera y simple presentación de un oculto romance de dos mujeres en la Francia rural de los años setenta la mejor apología. Y en eso quizá resida el mayor mérito de la cinta: un severo realismo desacomplejado que refleja las dificultades de llevar adelante este tipo de relación en un pequeño pueblo del Limosín de hace cuarenta años, un pueblo que vive una moral hostil a ese tipo de cariño, una moral de la que, además, es prisionera una de las amantes, una joven campesina cuyo horizonte no pasa, entre otras cosas porque su situación socioeconómica no se lo permite, de hacer prosperar la pequeña granja familiar. Estamos, pues, no solamente ante una joven lesbiana que esconde sus amores, sino ante una joven mujer trabajadora que ha de procurar amoldarse al mundo laboral de los hombres del campo, el resto de los campesinos del pueblo con los que tiene que convivir y colaborar, unos campesinos que rechazan los vínculos sáficos que poco a poco irán descubriendo. Las creadoras del filme, sin embargo, en una actitud que las honra, porque responde a esa honestidad realista (poco común, la verdad, en el mundo del arte), no juzgan ni mucho menos condenan a los miembros de esa sociedad inquisidora, simplemente los retratan, que ya es bastante. Tampoco responsabilizan de esa coerción social, como hace cierto feminismo radical (más que feminismo yo lo llamaría “hembrismo”), únicamente al componente masculino, sino que nos evidencian que la mujer es copartícipe de esos prejuicios y condenas morales, remitiendo así el expediente al conjunto social, verdadero constreñidor de toda conducta considerada anormal.
No obstante estas virtudes en el ámbito del análisis social, que no son pocas, desde el punto de vista meramente estético, la cinta peca de una falta de originalidad notable, adscribiéndose a ese grupo de títulos, muy abultado en el cine francés, caracterizado por una cierta falta de garra, de pulso y hasta cierto punto de personalidad, pues parece limitarse a seguir la estela, un tanto desleída ya, de los cánones de lo que en su día fue la “nueva ola” francesa, que de nueva, lógicamente, ya no tiene nada. Desde esta perspectiva se podría decir que “Un amor de verano” es una película academicista, lo cual no impide reconocer las magníficas interpretaciones de todo el elenco y la presencia de alguna que otra escena interesante.
jokinr
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