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Voto de The_End:
8
Comedia Ilija Cvorovic es llamado por la policía secreta para hacerle unas preguntas acerca de su vecino, un hombre de negocios que ha regresado desde occidente. Después de esa charla, Ilija está convencido de que su vecino representa la más grande amenaza para la seguridad nacional, y comienza su propia operación de vigilancia del inocente vecino. (FILMAFFINITY)
26 de junio de 2009
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ha costado lo suyo, desde luego. Pero gracias a la ayuda de gente como el usuario Vozidar (verdadero líder espiritual para todo amante del cine balcánico e italiano), por fin ha caído en mis manos el primer trabajo como director de quien es, para mí, uno de los mejores guionistas europeos de todos los tiempos; Dusan Kovacevic. Más conocido por escribir “Underground”.

La idea de partida es brillante (ignoro ya el número de veces que he comenzado mis críticas con esta frase. La patentaré). Un hombre es llamado por el gobierno para consultarlo acerca de su nuevo inquilino, un hombre de negocios que ha vuelto al país después de muchos años. Rápidamente la paranoia y el miedo se apoderan de nuestro protagonista, que con la idea de ayudar a su país, y motivado también por el pánico a que lo puedan relacionar con su huésped, decide comenzar a espiarlo, convencido a su vez de que a quien vigila es en realidad un enemigo de la patria que trabaja para otros países.

Dusan juega a representar en este triste y patético personaje al servicio secreto de su país. Todas las acciones realizadas por el protagonista no son más que el fiel reflejo de las viles acciones que el espionaje yugoslavo cometía sobre su propia población.

La paranoia va en aumento, involucrando también a más personajes, como la fiel mujer que duda de las acciones de su marido pero que no se interpone, y la hija, voz de la razón. No falta tampoco un hermano igual de demente y absurdo que decide ayudarlo.

Cuando llevamos buena parte del metraje, en el espectador se enciende la bombillita de que hasta ahora, el guión ha ido superando nuestra exigencia; la idea de partida no ha naufragado en ningún momento, y la intensidad y el delirio van aumentando poco a poco de manera creíble (algo de agradecer en una historia como la que se nos cuenta). Tal vez nos ha fallado en algunos instantes un poco el humor, pero nada más.

Como digo, se enciende la bombillita del espectador que viene a decir algo así como “Vale, muy bien hasta ahora. Pero no creo que puedas mejorar. ¿Ahora qué?”.

Y entonces Dusan nos deleita con unos últimos 15 minutos magníficos, donde el popular actor Danilo se sale con su monólogo en esa habitación roja, y a mi se me cae la cuchara del helado al suelo y ni me inmuto. Y ya no sabes si reír u acojonarte del “triste” y “patético” personajillo interpretado por Danilo. Y el final es simplemente cojonudo y quedo clavado en mi sofá. Y se me hace corta la película. Y dan ganas de decirle a Tito: “Jodete, malidto enano dictador”.

Y es que Dusan es mucho Dusan.
The_End
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