"Debajo de las bombas" quiere acercarnos a un país destrozado por la guerra tanto físicamente, como sobre todo psicológicamente. Es por tanto, que las heridas visibles que vamos viendo a lo largo de la cinta no es más que el reflejo del estado de ánimo de sus habitantes. Un país en estado de shock. Sin esperanza. Un país que todavía no entiende porque le ha tocado a él está vez. Un país, en suma, esperando ya la próxima guerra que vendrá.

El director pone en escena a dos personajes opuestos que llevarán todo el peso de la acción con sus acciones y diálogos, en busca de la hermana y la hija de la protagonista, una mujer musulmana y adinerada que abandonó el país hace tiempo, "ayudada" por un taxista cristiano más bien falto de recursos que duda entre si aprovechar la oportunidad para sacarse unos billetes o redimirse.

Curiosamente ambos guardan secretos del pasado que los persigue y atormenta, que mucho tiene que ver con las anteriores guerras de lo que alguna vez fue conocido como la Suiza árabe.

La película está marcada por los pequeños detalles mientras viajan al sur. El sur como idea de reencuentro con el pasado, marcado por todas las guerras. De esa manera los apoyos al grupo terrorista Hezbollah van apareciendo sutilmente, y la protagonista, por ejemplo, debe cambiar de vestuario. Un Sur, como siempre, pobre y olvidado.

Una película donde sus protagonistas todavía están afectados y sufren por las decisiones de guerras pasadas, y encima deben hacer frente a las nuevas. Y a las que vendrán.