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España España · Un lugar de La Mancha
Voto de CarlosDL:
5
Comedia En el Hollywood de los años 50, uno de los grandes estudios está rodando su película más importante: una gran superproducción de romanos protagonizada por una gran estrella (George Clooney), pero el actor es secuestrado durante el rodaje. Uno de los productores, el resolutivo Eddie Manix (Josh Brolin), tratará de averiguar dónde está y arreglar el asunto antes de que se entere la prensa. (FILMAFFINITY)
11 de marzo de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy aprenderemos una gran lección (si aún no la traíamos aprendida de casa): no siempre podemos apostar a ciegas por el nombre de los creadores de un nuevo filme, nuestra simpatía por títulos pasados de los mismos y la ferocidad del trailer.

Decimos esto porque nuestros queridos hermanos Coen han creado con su última obra un producto colorido, llamativo y ruidoso -víctima en mucho momento de su propio trailer comercial-, olvidándose de dos cosas que siempre habían parecido esenciales en su cine; la elaboración de personajes de gran solidez y la imposición de un leitmotiv que hubiera focalizado la trayectoria de su guion hacia un punto claro, y no un conglomerado de anécdotas que no llegan más allá de la propia duración del filme. Y es que, '¡Ave, César!', utiliza todas sus fuerzas en un sprint cómico inicial y flaquea cuando al espectador se le han acabado las palomitas y comienza a centrar realmente su atención en la pantalla. Si eso fue lo que te ocurrió, viste que ya era tarde, amigo.

Los Coen prometían con este título una comedia delirante, alocada y fresca ambientada en la edad dorada de Hollywood; los portentosos años 50. ¿Lo consiguen? Sí, bueno, a ratos. No podemos negar que la película deja escenas memorables como la de las sirenas, los marineros o alguna conversación con los comunistas; al igual que tenemos que quitarnos el sombrero ante una cinematografía cuidada, portentosa y que se permite jugar incluso con el ratio de la pantalla para adentrarnos en las filmaciones... Pero... -qué miedo da cuando aparece esta palabra-... sus historias entrelazadas acaban funciéndose en una resolución simple, obra del destino, y no de las acciones de los personajes que únicamente se dedican a vagar de escena en escena buscando el siguiente gag, que muchas veces queda construido en base a referencias cinematográficas que a un público -como un servidor- no-fanático del cine de los 50 y sus historias se le escaparán.

Después de ver la película te habrás reído en bastantes ocasiones, no mentiremos, y aún así sentirás que has pasado muchas cosas por alto. Los hermanos se lo han debido pasar de maravilla filmando esta película, y estaría dispuesto a apostar que la camarilla hollywoodiense que conozca los entramados de la industria en aquellos años la disfrutará como enanos, no tanto el gran público. A la espera de una comedia desnortada, satírica y divertida, nos encontramos un disfrute para unos pocos, que al resto nos permite el lujo de reírnos y disfrutar de ciertas escenas con personajes desdibujados, aunque muy representativos de sus trabajos o ideales.

En definitiva, perdonaremos a los hermanos Coen por esta diversión personal y esperaremos a su próximo título. Al fin y al cabo, no podemos enfadarnos con ellos, no siempre pueden gustar a todos... "Shhhi fuera aaaaalgo tan shhhimple".

CarlosDL - http://odiseaenelcine.blogspot.com.es/
CarlosDL
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