Hablar de “Goldfinger” es hablar de la película más mítica y memorable de James Bond. En aquel tiempo. Su entretenimiento sólido y Sean Connery haciendo un Bond memorable y auténtico aún hacen mella a día de hoy, pero inevitablemente se demuestra que es más un entretenimiento genialmente hecho que una película ruda y compleja de espías. No hay dudas de que la verdadera fórmula Bond salió de esta película y que merece su estatus de clásico, pero ni es una joya atemporal, ni tampoco la mejor de James Bond (con Daniel Craig por suerte se ha subido el nivel de complejidad argumental y de desarrollo del personaje, también acorde con el mundo en que vivimos).