No hacen falta ni cinco minutos de “Quién te cantará” para intuir que la cosa se va a hacer larga y no hacen falta ni diez para confirmar que, efectivamente, estamos ante un peñazo de gravedad infinita de esos que ralentizan el tiempo. Pero había algo peor en ella, algo mucho peor. Algo que hizo saltar todas mis alarmas. Algo en esa elegancia insustancial, en esa sofisticación inane, en ese perfeccionismo vacío de significado que ya había visto antes y que me hizo visualizar, mentalmente, el concepto “Magical girl”, otra película que me dejó en un estado mental a medio camino entre el delirio y el cachondeo. La consulta a la ficha técnica confirmó mis sospechas: esta cagada proviene del mismo pato, el rapsoda de la trascendencia chanante, Carlos Vermut.

Un Carlos Vermut que mantiene intactas sus extraordinarias dotes de forzar el drama hasta ese punto de dislocación en el que se vuelve involuntariamente cómico de puro ridículo: tras una gruesa capa de silencios y planos estáticos perfectamente inútiles, llegan los conflictos escenificados con escasas, pero grandilocuentes, frases, muchas de ellas imposibles de integrar en el contexto y, con ellos, la carcajada. “Quien te cantará” es como ver una película hecha mezclando aleatoriamente escenas de anuncios de colonia, de esos que dan más importancia a la puesta en escena que al contenido y que pasan de la mirada cómplice a la visión del infinito y de la risa al llanto sin venir a cuento. No digo que sea una película mala, pero pongo en duda que sea una película, porque uno espera de una película que cuente algo, una historia, lo que sea. “Quién te cantará” son penurias individuales y colectivas enmarcadas y adornadas con lacitos monos. Imposible encontrar un defecto en su fotografía o una imperfección en su escenografía… pero las escenas se suceden teniendo nosotros que darles sentido: «Ahhh, mira, todo bucle se cierra… Ohhh, que lila y violeta son el mismo color… Ahhh, que está proponiendo un juego de espejos» en medio de situaciones inverosímiles de tan forzadas.

“Quién te cantará” pone en valor las pelis y series de Marvel, hasta las más flojas se ven de otra manera ante un producto que puedes pasar a 4x o sin audio y no pierde calidad por el camino. Hace años me hubiera despachado a gusto y hubiese hablado de truño de tal o cual nivel, pero ahora me cuesta más, tiendo a valorar intenciones y a encontrar cosas positivas. En este caso me ha costado, pero me ha gustado por momentos el personaje de Natalia de Molina, una quinquinini extrema con la que te ríes un rato (aunque no era su intención). Y, seguro que hay gente a la que le gustará que la hagan sentir miserable, que para cada gusto hay una cagada de pato distinta.