Jeremy Saulnier demuestra una gran capacidad narrativa para contar historias en lo que se puede considerar una anomalía dentro del llamado ‘cine independiente’ que emplea sus escasos recursos en construir una historia de venganza en lugar del habitual melodrama psicoemocional para lucimiento de alguna estrella con ganas de hacer algo probono. Aunque al principio resulta un tanto desconcertante y poco atractiva, “Blue ruin” va despertando poco a poco la atención, luego la retiene y finalmente encadena una sorpresa tras otra hasta crear un thriller sencillo, que no simple, pero muy atractivo y que deja grandes sensaciones y un muy buen sabor de boca.

Y no todo es prosa. Saulnier no renuncia a la emociones, a cierto humor negro y al buen gusto por la estética, con una imaginería minimalistas, pero potente y trabajada. Saulnier, un nombre a tener en cuenta. Ya veremos si consolida en proyectos futuros lo que parece prometer en esta "Blue ruin".