Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de OsitoF:
3
Terror. Thriller Una joven mujer se preocupa por su novio cuando él decide explorar una oscura subcultura cuyo centro de atención es una misteriosa cinta de video que, aparentemente, mata al observador siete días después de que éste la ha visto. La joven se sacrifica para salvar a su novio y al mismo tiempo hace un terrible descubrimiento: hay una "película dentro de la película" que nadie ha visto antes. (FILMAFFINITY)
19 de mayo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo reconozco, soy bastante aprensivo con el cine de terror y es fácil sobresaltarme y dejarme intranquilo. Si la película juega bien sus cartas, lo normal es verme aferrado al mando a distancia para bajar el volumen a la mínima señal de que va a haber un susto y siempre en tensión para apartar la mirada si todo apunta que en pantalla van a pasar cosas malas. Últimamente ya me voy acostumbrando, supongo que porque después de tantas y tantas películas que repiten una y otra vez los mismos esquemas se me va haciendo callo, pero hasta hace unos años una película de miedo trabajada podía provocarme problemas para pegar ojo. Por eso, sin recordar muy bien las circunstancias, aún hoy me cuesta entender cómo hace casi veinte años acabé en Kinépolis a las once de la noche viendo “The Ring (la señal)” con un amigo. En qué momento. Noche cerrada en Pozuelo, oscuridad total dentro de la sala, cuatro gatos viendo la película y una secuencia de introducción absolutamente acojonante que casi me hizo infartar. Sufrí el resto de la película, sufrí al salir a la calle, me costó conciliar el sueño varias noches y no fui capaz de ver la película por segunda vez. Con el tiempo puede analizarla con cierta frialdad y llegar a la conclusión de que, quitando un final demasiado japonés para mi gusto, la película era una puñetera obra maestra en su género y su director, Gore Verbinski, un tío a tener en cuenta capaz de hacer entretenido todo lo que pase por sus manos.

Pocos años más tarde llegó una segunda parte (“The Ring 2”) que claramente trataba de exprimir el éxito de su predecesora a cambio de aportar ciertos detalles secundarios a la trama principal. Sorprendentemente, la película conseguía mantener el núcleo de reparto mínimo para dar continuidad a la historia, habida cuenta de la fama que había adquirido para entonces Naomi Watts, y, en una jugada interesante, ponía detrás de la cámara a Hideo Nakata, el responsable de la original japonesa, en una especie de metáfora de cierre de círculo (o anillo). La cosa quedó en eso, en jugada. No sólo remaba contra corriente habiendo perdido el factor sorpresa sino que a Watts se la notaba apáticamente sobreactuada, los giros eran forzados, los nuevos detalles sobre Samara irrelevantes y la mezcla del estilo japonés de Nakata con recursos occidentales plasmaba en pantalla lo peor de ambos mundos.

Como era de esperar, esta tercera parte de nombre “Rings” continúa el descenso por el camino de la decadencia. Ya sin rastro del reparto original, “Rings” propone un reseteo absoluto cogiendo simplemente al villano y la idea central de los videos malditos y embarca al espectador en una confusa historia de gente muriendo con más frecuencia que en sus predecesoras de maneras menos trabajadas que sus precedesoras. Si las dos primeras películas se caracterizaban por su contención en la cantidad de decesos y en cierta elegancia a la hora de buscar situaciones que condujesen a desenlaces fatales, “Rings” parece ir en la línea de los clásicos de terror como “Viernes 13” o “Halloween”, buscando conectar con ese espectador que solo busca muerte fácil y excusas para abrazar a la pareja.

Más que miedo, lo que provoca es desagrado ante ciertas escenas. Más que intriga, indiferencia. Cuesta mantener la concentración y resistir la tentación de hacer otras cosas mientras la echan en la tele, no quiero pensar lo que tuvo que ser verla en el cine. No se le puede echar la culpa de todo al director, F. Javier Gutiérrez, autor de la, para mí, notable “3 días” que en lo que se refiere a la parte técnica hace un trabajo interesante y crea la tétrica atmósfera que se espera. El problema es de un cambio de rumbo con un guion raquítico incapaz de sacar partido a la herencia que le han puesto en las manos. Lo mejor que se puede decir, de momento, es que tiene pinta de franquicia amortizada que ha tocado fondo y que dudo mucho que nadie trate de resucitar.
OsitoF
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow