Yo creo que, a estas alturas, todos tenemos interiorizado ese mensaje de «hay que cuidar la Ecología» que el mítico Sargento de Hierro le espetó a Mariconetti tras pisarle las gafas de sol. Y como, sin duda, uno de los pilares claves del cuidado medioambiental y la ecosostenibilidad es el reciclaje (el plástico el amarillo, los cartones al azul, el vidrio al verde…) ¿por qué no aplicar el concepto las películas? Pues eso es lo que hace “Safe” dando una segunda vida a “Mercury Rising”, una película de hace quince años en la que Bruce Willis mantenía a raya a Alec Baldwin y la NSA, que querían deshacerse de un niño autista que les había reventado un código ultrasecreto. Por lo visto, a los muy cutres les salía más a cuenta cargarse a la criatura que cambiar las passwords.

En ese sentido, no se conforma únicamente con fichar lo más parecido que hay (y había) a Bruce Willis - el hipermegacarismático Jason Statham- sino que se las apaña para añadir varias mafias a la historia lo que, unido a una realización competente, creativa y con ganas de hacer las cosas bien, termina resultando en un producto genérico, sí, pero trepidante, entretenidisimo y divertido. Puede que seis meses después no te acuerdes de quién era quién ni de qué iba la cosa, pero la volverías a ver.