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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
6
Drama Narra la relación entre el célebre astrofísico Stephen Hawking y su primera mujer, Jane, desde que ambos se conocieron siendo estudiantes en la Universidad de Cambridge a principios de los 60 y a lo largo de 25 años, especialmente en su lucha juntos contra la enfermedad degenerativa que postró al famoso científico en una silla de ruedas. (FILMAFFINITY)
22 de diciembre de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ya algunos siglos, cuando Dios repartió los genes, a Eddie Redmayne le tocó la lotería con un rostro muy peculiar, de esos que tienen gran potencial para la cámara, por lo que no requirió de grandes esfuerzos para hacerse un nombre en el mundillo audivisual a pesar de sus más que evidentes limitaciones interpretativas. El caso es que cuando se planteó el proyecto de llevar al cine la vida de Stephen Hawking, no debió de haber demasiadas discusiones sobre que el chico, con ese rostro y ese físico desgarbado tan similares a los del genio, era la mejor opción para el papel. Puede que alguien pusiese sobre la mesa la opción de elegir un actor más talentoso y caracterizarlo, pero la semejanza física entre Eddie y Hawking era tan abrumadora que hubiese sido un desperdicio no aprovechar la ocasión; al fin y al cabo, siempre habría opciones y técnicas para limar hipotéticas carencias.

“La teoría del todo” es una película interesante, un biopic clásico y bien hecho, con ese formato rígido y sobrio que los británicos dan a sus producciones cuando llevan a la pantalla biografías de personajes respetables. De hecho, a pesar del título, la película se centra en los aspectos conyugales de la vida de Hawking desde que conoce a su gran amor, Jane, hasta sus últimos años de vida, recorriendo los puntos vitales en la vida de Hawking que tiene que recorrer y toca los palos que tiene que tocar, presentando al genio ante todo como un hombre, con sus virtudes y defectos. Las matemáticas y la física son simples aderezos de la trama principal, así que nadie vea la película esperando revelaciones científicas o explicaciones cosmológicas, ya que toda su contribución a la ciencia se muestra de una manera tangencial que se puede resumir en que el señor era muy inteligente. Incluso su enfermedad es tratada simplemente como un elemento más de su vida, que genera situaciones que ponen a prueba el amor y su vida en pareja.

Con todo, aunque no responda a las expectativas que muchos nos habíamos hecho, la película se deja ver con curiosidad y agrado. En cierto modo, nos ofrece una perspectiva de su vida en la que predomina el optimismo y la vitalidad a pesar de la adversidad que nos quita un peso de encima a los que sufríamos cada vez que le veíamos en la tele. Sí, su cuerpo era una cárcel, pero él encontraba la manera de convertir su mente en un parque. Sufría, pero hacía que ese sufrimiento valiese la pena. Sí, hubo cuernos en esa relación, pero se narra de una manera aséptica, descriptiva, sin morbos, fluyendo con naturalidad hacia el inevitable desgaste marital con el que todas las parejas están amenazadas. De hecho, lo más cuestionable de la película no es su enfoque melodramático, que funciona razonablemente bien si se analiza en sí mismo sin prejuicios ni expectativas, sino si se merece un oscar un tío que borda un papel sin necesidad de interpretar, simplemente con su parecido físico y su mirada alelada marca de la casa que, en este caso, coincide que le pega al personaje. Probablemente no haya una única opinión válida y también dependa de la competencia de ese año.

Recomendable compaginar su visionado con algún documental sobre agujeros negros o el origen del Universo.
OsitoF
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