“Insidious 2” mantiene esquema, conserva formato, retiene reparto y no cambia de director, consiguiendo lo que pocas secuelas logran alcanzar: no desmerecer a la primera parte. Puede parecer un objetivo poco ambicioso, pero no es sencillo vencer a los prejuicios y al tópico de «segundas partes nunca fueron buenas». Recogiendo algún cabo suelto de la original y buscando resquicios por donde construir un argumento, logra trenzar una historia de suficiente enjundia como para despertar el interés. A partir de ahí, el buen hacer de James Wan (uno de los grandes responsables del éxito de la franquicia “Fast and Furious”) consigue dar continuidad a las peripecias de la familia Lambert ofreciendo un producto continuista, pero con personalidad propia. No es el mismo perro con distinto collar, sino una expansión con suficientes elementos comunes en cuanto a grafismos, ambientación o reglas del universo paranormal como para poder considerarlas un conjunto pero, a la vez, siendo dos historias y dos películas bien separadas e independientes.

Interesante película y mejor segunda parte. Igual de equilibrada y trabajada, pero sin repetirse ni tratar de revender la misma burra. Tiene sustos de los que agradables, de los que das un respingo y sonríes sin miedo a tener pesadillas luego de noche. Tiene intriga, tiene tensión y tiene aventuras en un mundo sobrenatural desconocido y atractivo. No sólo se pasa un rato entretenido, sino que es ideal para introducir a la gente en el mundo de las pelis de miedo sin llantos ni traumas.