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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
5
Terror. Fantástico Han pasado casi 30 años desde que el "Club de los Perdedores", formado por Bill, Berverly, Richie, Ben, Eddie, Mike y Stanley, se enfrentaran al macabro y despiadado Pennywise (Bill Skarsgård). En cuanto tuvieron oportunidad, abandonaron el pueblo de Derry, en el estado de Maine, que tantos problemas les había ocasionado. Sin embargo, ahora, siendo adultos, parece que no pueden escapar de su pasado. Todos deberán enfrentarse de nuevo al ... [+]
15 de junio de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad, no puedo negar los prejuicios con los que afronté esta segunda parte de “It”. Me daba pereza la verdad. Desconocedor como soy de la literatura de Stephen King y poco fanático de sus adaptaciones, una segunda parte de una obra que no me había deslumbrado no se me antojaba precisamente un planazo. El caso es que la sensación que se me venía a la cabeza al pensar en tener que verla era de pereza. Había, sin embargo, un punto de interés por el hecho de lo bien ejecutada que había sido la primera parte, con un planteamiento visual y una fotografía realmente impactantes por sí mismas. Una factura técnica que me había hecho valorar con interés una obra que en otras versiones, a pesar de su potente arranque, se iba desinflando hasta llegar arrastrándose a su decepcionante final.

Argumentalmente, tampoco esta segunda parte me ha deslumbrado. Una secuela de manual que, sin la capacidad de sorpresa de la primera entrega dado que todas las cartas siguen sobre la mesa y a la vista, tiene un desarrollo totalmente convencional. Salvo alguna ocurrencia gore bastante atrevida, me atrevería a decir que, incluso, infantil y, desde luego, sin la marca de genio que ocasionalmente King imprime a sus obras. Le pesa mucho a esta película ser una continuación libre de la novela original, sin respaldo explícito de King. Para ser sinceros, yo creo que esta película no está hecha para llevar la historia por caminos que se le hayan ocurrido a alguien o para darle el gusto a los seguidores de “It” que demandaban un final (u otro final). Parece más bien una excusa para poner a Andy Muschietti tras la cámara y ver qué es capaz de hacer con más recursos y más libertad. Para retarlo a ver si es capaz de volver a ejecutar una película capaz de impactar la mente y la retina del espectador con una factura marca de la casa.

Lo que es a mí, personalmente, no me ha convencido. Lo que en “It” era mesura y naturalidad, se convierte en exceso y artificio en esta segunda parte. La fotografía se adueña de la producción desde el minuto uno sin ningún tipo de límites a la creatividad en cuanto a encuadres curiosos y planos esotéricos que podrían estar firmados por el primo hortera de Valerio Lazarov. Por momentos, parece estar probando todos los efectos de transición incluidos en el software de edición y montaje haciendo de la película un gigantesco juego de espejos grotescos que deforman la realidad sin lograr enmascarar enormes lagunas de ritmo y argumentales. Sobra la mitad del metraje, pero claro entonces no podría meter decenas de pseudo planos secuencia de baja intensidad que denotan complejo de no querer defraudar a las decenas de críticos que alabaron su técnica en la primera parte.

Más de dos horas y media para contar, ¿qué? Una interminable gymkana gore y psicotrópica de Goonies entrados en años a la que le falta, entre otras cosas, fluidez. Las subtramas acaban de mala manera y a cada momento surge de la nada una nueva pista, un hilo del que tirar, una ocurrencia afortunada que haga avanzar la trama hasta el siguiente puzzle. No todo es malo: oculto entre toneladas de metraje de relleno hay momentos en los que los personajes demuestran algo de profundidad y humanidad tomando decisiones naturales que raras veces se muestran en el cine. Pero no son frecuentes porque el reparto es de los más irregulares que he visto en mucho tiempo: estrellas como McAvoy y Chastain compartiendo cartel con un par de secundarios medio decentes y un conjunto de aficionados incapaces de simular miedo con un mínimo de credibilidad en situaciones, que la verdad, son algo ridículas. Se nota mucho en escenas capaces de desubicar incluso a Chastain entre lo ridículo de la idea y las muecas indescifrables de sus compañeros.

En conjunto, floja. Evidentemente, en casi tres horas de película es imposible que no haya un gag salvable, un escena impactante, un momento que queda marcado en la memoria… pero hay que tener mucho aguante y pocas expectativas para salir satisfecho.
OsitoF
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