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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
7
Thriller. Acción El agente del MI6 Orson Fortune (Jason Statham) y su equipo reclutan a una de las estrellas de cine más importantes de Hollywood (Josh Harnett), para que los ayude en una misión encubierta para rastrear y detener la venta de nuevas tecnologías de armas mortales, a manos del multimillonario Greg Simmonds (Hugh Grant).
21 de mayo de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con lo que no sé de cine se pueden escribir varios libros, pero tengo una cierta habilidad a la hora de detectar patrones y tendencias. En el caso de Ritchie, que desde “Snatch: cerdos y diamantes” ha venido utilizando las mismas estructuras narrativas y fórmulas visuales aplicándolas a toda clase de temáticas (desde mafiosos de poca monta hasta la fantasía medieval pasando por el thriller de espías), no es especialmente complicado percibir que sus últimas películas parecen transitar hacia un cine más directo, de menos palabras y más acción, del que podemos encontrar su esencia más elemental en “Despierta la furia”. Pero, incluso en las que mantienen ese ‘Ritchie-style’ de personajes gamberros, narración acelerada y montajes eléctricos, parece haber perdido parte de ese toque, ya sea por cansancio, como parte del viaje de transición o porque se ha peleado con alguien clave en el equipo de guionistas o de montaje.

Antes de nada, para todos aquellos para los que, como yo, la firma de Ritchie tras la cámara es garantía suficiente para poner una película en la lista de futuros visionados, “Operación Fortune” es una película entretenida, divertida y que vale la pena. Además cuenta con dos de sus musas como son Statham y el reconvertido a villano Hugh Grant, que garantizan diálogos con sorna y patadas voladoras. Ritchie vuelve al género de espías como en “Operación U.N.C.L.E.” pero con más acción y más muertes en acto de servicio que de costumbre y apreciando más uso de armas de fuego que del cuerpo a cuerpo. Hace poco, al hablar de otra película de Statham, “The beekeper”, comentaba que su presupuesto sólo le había dado para contratar el paquete básico del carismático y alopécico actor: la patada frontal multiusos (que lo mismo abre una puerta que lanza a un adversario a cinco metros). “Operación Fortune”, por contra, paga el paquete premium y le saca partido en peleas de tanta violencia como elegancia, pero en menor proporción de lo habitual que las muertes por arma de fuego (subfusiles, rifles de asalto y armas de francotirador). No lo digo como algo bueno o como algo malo, sino simplemente como un patrón: Ritchie cambia de registro hacia una acción más táctica e igual de bien coregrafiada.

Otra tendencia que ya inició en “The Gentlemen: los señores de la mafia” y consolidó en “Despierta la furia” es hacia un ritmo más lento. El primer caso lo achaqué a contar con un Matthew McConaughey desubicado y falto de aclimatación al modelo inglés y en el segundo a que el COVID había impuesto una serie de limitaciones presupuestarias o de disponibilidad de recursos humanos. Pero no parece que ninguno de esos factores expliquen que “Operación Fortune” discurra un par de marchas por debajo de lo que se nos tiene acostumbrado en, por ejemplo, “Operación U.N.C.L.E.” uno de sus proyectos más contenidos. Es verdad que la cinta mantiene su sello personal de conversaciones recursivas que encadenan flashbacks y flashforwards mientras se desarrollan entremezclando personajes y anidando tramas… pero entre una de estas situaciones y la siguiente, o una persecución, o una pelea, o una conversación ingeniosa, o lo que sea, la película no sabe ser tan fluida o mantener el interés.

Es como si avanzara con más brusquedad, a saltos, sin nadie que cuidase unas transiciones que se resuelven con recursos no más ingeniosos que el fundido a negro o el salto a otra ciudad. O esa sensación de que los personajes, incluso estando en la misma habitación, parecen haber sido incapaces de rodar la secuencia del tirón y ha habido que cortar y pegar continuamente. Por suerte para ella, con lo que ofrece “Operación Fortune” tiene una gran fotografía, humor inteligente y acción de sobra para estar por encima de la media, pero quién sabe si siempre podrá contar con gente tan metida en su rollo como Grant, Statham, Plaza o Harnett para que le saquen las castañas del fuego. Con un reparto un poco menos enrollado, un par de diálogos menos afortunados o un enredo de más en una historia ya de por sí algo confusa, podríamos estar hablando de una castaña con pretensiones.

No sé. Lo mismo es que Ritchie ha perdido el toque o ya se aburre de este formato, pero debería aclararse para la próxima y seguir exprimiendo o dejar en paz a la gallina de los huevos de oro. Afortunadamente, por el momento, “Operación Fortune” da lo necesario para un rato más que agradable. Por el momento.
OsitoF
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