Con la frase que encabeza esta crítica, ya puede hacerse uno a la idea de que esta película no va a destacar por su brillantez lingüística, pero claro, hay cosas peores.

Destaca en parte por sus incoherencias:
¿A quién se le ocurriría que la "planta" con mayor calidad del mundo germinaba en los EEUU?

¿Quién en su sano juicio, teniendo el negocio que tiene entre manos, dejaría su casa sin vigilancia alguna?

¿Que cabeza pensante saldría sola de compras, cuando tiene que huir de la ciudad porque está en juego su vida?

Si a esto le sumamos la anodina voz en off de su protagonista femenina, una historia de amor entre tres personajes que no tiene para cogerse ni con pinzas, y uno de los finales más esperpénticos vistos por el que suscribe en los últimos años, nos encontraremos con una película que pasará sin pena ni gloria por la filmografía de su afamado director.