Una de las historias de amor más desgarradas que se han contado en el cine, pone por protagonistas a dos vaqueros gays, lo cual generó una estupida polémica hacia la cual la película es totalmente ajena, por el carácter universal de su planteamiento, por la descripción casi costumbrista de un lugar y una época y por sus logros cinematográficos, que son abundantes.

El mérito es de Ang Lee, que despliega una puesta en escena tan austera como sútil, que indaga en las emociones de los personajes con una narrativa lenta y absorbente. La pareja protagonista (Jake Gyllenhaal y Heath Ledger), hasta ese momento dos estrellas emergentes con un curriculum plagado de mediocridades, bordan dos papeles de gran dificultad.