Juro que no veo la comedia por ninguna parte, y eso es lo que pensaba que me encontraría en esta película, con sus toques dramáticos y amorosos. Pero no, resulta que esta película de comedia no tiene absolutamente nada (Y no entiendo por qué se la califica así, de verdad), y se queda todo en una historia de amor con sus tintes tristes.

Y qué pedazo de historia, señores.

Puede que resulte confusa, poco creíble y hasta ñoña, pero oigan, estos "defectos", para los que nos guste esta película (al menos en mi caso) se convierten en virtudes. Nos encontramos ante una historia de amor fantástica, fuera de lo común y sobretodo visual. Es decir, que es este tipo de películas que te sientas, murmuras para tus adentros "a ver qué tal..." y te dejas llevar. Y si te sumerges en ella, desde luego indiferencia no es algo que deberías sentir. Es, simplemente, el conjunto de todos los elementos la que la hacen grande; es para disfrutar, conmoverse (hasta llorar) y no preguntarse por qué, pues simplemente cuando una película te llega y te estremece, no merece la pena intentar esforzarse en etiquetarlo.

Simplemente brillante, tanto el montaje, el argumento, el ambiente, el ritmo de la historia y las actuaciones tanto de Winslet como de Jim Carrey, que una vez más demuestra ser un brillante actor, se ponga en el papel que se ponga.