Te encuentras a Danny Trejo en una noche oscura y le das hasta los calzoncillos, sin necesidad de que te pida nada. El hosco asesino vuelve a la carga, de la mano del desvergonzado truhán que es Robert Rodríguez, un tipo que se encarga de todo: dirige, produce, escribe, fotografía, monta, firma la banda sonora... La cara dura de este tipo es increíble. En Machete Kills, que ya anuncia nueva secuela, ¡en el espacio!, nuestro antihéroe recibe un encargo del mismísimo presidente de Estados Unidos (Charlie Sheen pasado de revoluciones, que aparece en el reparto con su verdadero nombre, Carlos Estevez), eliminar a un revolucionario que quiere volar por los aires la Casa Blanca. En esto que aparece el malo de verdad, Mel Gibson en estado de gracia (desde que los judíos le pusieron en la lista negra ha de apechugar con lo que le ofrecen, pero curiosamente interpreta mejor que nunca), y la historia da otra vuelta de tuerca. Añádase a esto unas cuantas putas, Lady Gaga entre ellas, y ya estás metido en una de las tonterías más disparatadas de los últimos tiempos, en la que no falta ni siquiera Antonio Banderas haciendo de las suyas. La acción no da tregua al espectador, y cada chorrada es superada por la siguiente, en un alarde de imaginación lisérgica que no engaña sobre las sustancias que debieron consumirse durante el rodaje. Es mala, de acuerdo, pero hacía tiempo que no me reía tanto. Por salir, salen hasta Bruce Campbell y Jessica Alba, y Tom Savini y Sofia Vergara, y hasta Cuba Gooding Jr. Ya ardo en deseos de sentarme a ver la secuela para chillar y aullar sin parar en todo el rato.