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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
5
Western A pesar de que los sioux de Caballo Loco están en pie de guerra, una diligencia parte para Cheyenne. Durante el largo y duro viaje, se producirán tensiones de todo tipo entre los variopintos pasajeros, pero tanto ellos como el conductor, a quien acompaña el sheriff, deberán olvidar sus diferencias para defenderse de un ataque de los indios. Remake en Cinemascope del famoso filme de John Ford "La diligencia" (Stagecoach) protagonizada ... [+]
18 de diciembre de 2014
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacia los grandes horizontes es un western correctito aunque vulgar, entretenido pero excesivamente largo, cuajado de estrellas del momento y veteranos de toda la vida. Su problema, en realidad, se llama La diligencia. Porque es un remake del clásico de John Ford de 1939. Y hay cosas que no se pueden tocar. No puedes cambiar a John Wayne por Alex Cord, hombre, eso no se hace, Ni a John Carradine por Mike Connors. Ni a Donald Meek por Red Buttons, que se pasa de gracioso. Ni un guión de hierro por una imitación carente de gracia. Esa dichosa manía de intentar mejorar lo inmejorable. Tiemblo sólo de pensar en ese Ben-Hur que están preparando, con esos actorcitos que jamás darán la talla ni de lejos. Eso sí, nos ahogaremos en efectos especiales para que el populacho se quede boquiabierto y suelte la pasta. Cuenta la leyenda que Gordon Douglas, director del que ya he hablado en una crítica reciente y que cuenta con westerns muy solventes, escribió a John Ford algo así como "si tú lo hubieras hecho bien, yo no tendría que mejorarlo", a modo de excusa por el rodaje del remake. Ford escribió a su vez una respuesta que nadie conoce, porque el presentador del programa de televisión en que iban a leerla se negó a hacerlo en directo. Podemos imaginar lo que el viejo huraño habría escrito. Hay indios, persecuciones, un arriesgado paso nocturno de la diligencia junto a un abismo, amor, humor a cargo de Bing Crosby y el insufrible Buttons, pero la sombra del clásico pende sobre toda la función y las comparaciones son irremediables. En su haber positivo: la enérgica banda sonora de un joven Jerry Goldsmith, que ya estaba demostrando de qué era capaz; el buen hacer de Ann-Margret, a la altura de Claire Trevor; la solidez de Van Heflin; la bonita fotografía de William Clothier. Y poco más. ¿Mala? No, sólo inútil y evitable. Y es que nunca aprenderán.
Eduardo
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