Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
6
Comedia. Drama. Romance Martin es un ex parisino que ha regresado a su pueblo natal en Normandía para hacerse cargo de la panadería de su padre. De su juventud le queda una gran imaginación y su pasión por la literatura, con un profundo aprecio por Gustave Flaubert. La emoción le invade cuando un matrimonio inglés se instala en la casa vecina, no sólo porque sus nombres son Gemma y Charles Bovery, sino porque sus comportamientos parecen replicar los de los ... [+]
20 de junio de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"A partir de este momento, han finalizado los diez años de tranquilidad sexual", piensa el panadero Martin cuando descubre los valles y montañas de su nueva vecina, Gemma Bovery (carnal Gemma Arterton), al verla desembarcar ante su domicilio de la tranquila localidad normanda donde su vida transcurre aburrida y plácidamente, en compañía de su arisca esposa y su hijo medio retrasado mental. Como además es un adepto de Madame Bovary, el nombre de la susodicha, Gemma Bovery, que encima es proclive a encamarse con el primero que se cruza en su camino (salvo él), empieza a sospechar que su vida desembocará en el suicidio prescrito por Flaubert.
Típica/tópica/agradable película gala con personajes inverosímiles (un panadero de pueblo letraherido, una pareja británica dedicada a la restauración de obras artísticas y al interiorismo, un pijo veinteañero mega millonario (cuya madre es Edith Scob, la musa de Los ojos sin rostro), una insoportable pija francesa casada con otro británico, Primavera en Normandía se apoya en la excelente banda sonora de Bruno Coulais, la delicada interpretación de nuestro querido Fabrice Luchini y, me repito, la incomparable presencia de Gemma Arterton, toda curvas, morros, sensibilidad, delicadeza, inolvidable Tamara Drewe en el film del mismo título de Stephen Frears. Que el final (nada de spoilers) es grotesco, vale. Que todo es un cuento de hadas francófilo, vale. Que no es una gran película, de acuerdo. Pero ahí queda eso: Luchini y Arterton. Qué boca, qué muslos, qué maravillosa persona perdida en sus sentimientos. Bovary, siglo XXI.
Eduardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow