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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Thriller. Acción. Drama En la zona fronteriza que se extiende entre Estados Unidos y México, la joven Kate Macer, una idealista agente del FBI, es reclutada por una fuerza de élite del Gobierno para luchar contra el narcotráfico. Bajo el mando de Matt Graver, un frío miembro de las fuerzas gubernamentales, y de Alejandro, un enigmático asesor, el equipo emprende una misión que lleva a la mujer a cuestionarse sus convicciones sobre la guerra contra los narcos y ... [+]
1 de diciembre de 2015
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Hay lugares tangibles donde no existe la moralidad.
Donde los extremos bueno o malo se confunden entre intereses de los que nadie parece saber nunca demasiado, y los lobos salen de entre las sombras reclamando sus presas para después desaparecer como si nunca hubieran estado allí.
Lugares tangibles, reales, pero a la vez indeterminados, con reglas que nunca se llegan a conocer hasta que no se rompen. Lugares terribles.

'Sicario' sucede allí, en uno de esos corazones de las tinieblas.
Casi más que una trama parece que Villeneuve se ha esforzado por recrear un sentimiento, un impacto frontal contra la pura lógica de la razón.
Lo que empieza como una operación rutinaria de narcotráfico en la frontera de México de repente se transforma en una carnicería de cuerpos ocultos entre paredes. En esa horripilante imagen está la génesis del relato: la maldad asumida pero inofensiva que se transforma en puro e infinito horror. A lo impensable y también a lo desconocido.

Es entonces cuando Kate, la jefa de aquella operación, recibe la llamada de los hombres que sientan alrededor de una mesa hablando de vidas como quien habla de números. La quieren dentro, hasta derribar puertas es un talento imperdible.
Y empieza el viaje a la boca del lobo, que es una operación militar en el centro de Ciudad Juárez para recuperar un preso. Lo que podría haber sido un pueblo grandecito en el desierto se convierte, gracias a música y tensión bien medida, en un desmesurado laberinto lleno de ojos acechantes, como una mancha gigantesca que crece cuanto más corrompidas estén sus conciencias.
La ilegalidad empieza a asomar y los puzzles empiezan a encajar: no es la clase de suceso que saldrá en las noticias, ni siquiera del que nadie hablará al día siguiente. Es la demostración palpable de una crueldad que Kate creía posible, pero nunca dentro de un equipo propio.

Los bellos amaneceres y atardeceres del desierto parecen contrastar contra el nocturno fuego cruzado de la Ciudad: la bestia se agita tras perder lo que ha sido suyo.
Y extiende sus tentáculos, como Kate comprobará tras ver la cara más desagradable de sus nuevos compañeros. De entre todos ellos, solo Alejandro parece conmovido por su confusión, y casi se podría decir que intenta ser una especie de mentor callado para su conciencia intranquila, al contrario que su compañero Matt, un arrogante de eterna sonrisa en chancletas.
Dos maneras de enfrentar el Mal: riéndose en su cara... o esperando, agazapado, el momento de saltar a su cuello.

Siendo sinceros, es una historia conocida y repleta de lugares comunes. Pero es la visión insidiosa y obsesiva de Villeneuve la que consigue elevarla unos metros de su destino original.
Evitando señalar culpables, y multiplicando la sensación de amenaza: un filtro de visión nocturna hace del pelotón de asalto una brigada de fantasmas grises que van a atormentar a sus víctimas. Mostrando, sin detallismo, como las personas que viven dentro de esa crueldad hace mucho que dejaron de distinguirla, tanto como si la sirven como si la combaten.
Pero sobre todo, señalando que no existe el caballero de brillante armadura, y que si luchas acabarás con las manos llenas de sangre, inocente o corrupta qué más da. No hay modo de salir del agujero, solo suerte para no llegar a entrar.

Lo más escalofriante quizá sea la muda asunción del Mal que se hace al final, como un veneno imparable que llega hasta los más pequeños rincones de la sociedad.
Y la vida sigue. Tranquila, cotidiana, letal. A oídos de todo el mundo, pero a ojos de nadie.
Charles
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