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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Super Size Me
2004 Estados Unidos
Documental, Intervenciones de: Morgan Spurlock
6,6
35.867
Documental Documental en el que Morgan Spurlock investiga en su propio cuerpo los efectos de la comida basura, comiendo sólo y únicamente en McDonald's, 3 veces al día durante todo un mes, y acudiendo posteriormente al médico para hacerse análisis y ver sus niveles de colesterol, aumento de peso, etc. Los resultados fueron sorprendentes. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los primeros segundos de este documental, una serie de niños cantan a las grandes cadenas de comida rápida como en una especie de rezo colectivo.
Nuestra sorpresa es entonces la misma que tendríamos si alguien nos hubiera señalado que el cielo es azul, y hasta entonces no lo hubiéramos sabido.

Una verdad universal se abre camino, y más que aprender, nos damos cuenta de que estamos confirmando.
'Supersize Me' tiene poco valor como demostración de que, alimentado por comida basura, nuestro cuerpo literalmente se descompone vivo: como ya han señalado otros, comer únicamente una cosa no te va a hacer ningún bien, sea fruta o sean hamburguesas.
Sin embargo, sí tiene valor en el trasfondo que se descubre durante la transformación física, de un mundo plagado de vicios, que se permiten porque nadie se ha parado a contemplarlos.

Morgan Spurlock hace un recorrido por la cara oculta de algo bien visible en Norteamérica (por extensión al resto de países) y arroja interesantes datos a pensar.
Un hombre divaga sobre una reunión familiar en la que vió a un fumador agredido verbalmente, y se pregunta si no se debería hacer lo mismo con la mujer obesa que estaba en el mismo lugar. Las fronteras de lo "lo establecido" se ponen a prueba, una y otra vez, para demostrar que, quizás, ser exageradamente obeso no se tendría que tomar tan a la ligera.
Una estudiante se siente insultada porque un hombre le ha dicho que si él ha podido bajar de peso, ella puede.

La naturaleza de los problemas está ahí: en disfrazar de normalidad algo que no lo es.
Spurlock comete el error de pintar cuernos y rabo a McDonalds obviando que son un negocio, pero la realidad es que nadie querría ver el fin de maravillosas hamburguesas precocinadas. Tanto el Gobierno, como los bufetes de abogados, como el público, demanda su ración de McFelicidad en cualquier lugar.
Todos los entrevistados a pie de calle coinciden en que la comida rápida es lo mejor: es barata, da una sensación inmediata de placer y, sobre todo, es gigantesca. No puede haber nada que rivalice con eso.

Realmente, el documental pierde fuerza y foco cuando se centra en alarmistas testimonios de médicos diciendo al documentarista que va a morir, seguido de escenas "dramáticas" donde Spurlock quiere dejar clara su mejor vena de actor de culebrón.
Es un experimento interesante, pero distrae de ver cómo millones de negocios e instituciones van movidos a remolque por la comida basura, en una suerte de círculo vicioso que es muy difícil romper.

Queda, eso sí, la sensación de haberse asomado a un agujero muy turbio de esta nuestra sociedad moderna, la clase de agujero que todo el mundo ve pero nadie se molesta en arreglar. Las hamburguesas puede que no sean buenas, pero seguimos queriendo hamburguesas.
Incluso los esperanzadores testimonios finales dejan un regusto amargo: probablemente seguiremos, no importa en qué tamaño, consumiendo nuestro McMenú cuando nos apetezca. Porque todos lo hacemos, y porque nadie dice que sea malo.
Las voces que sí lo dicen son demasiado poco poderosas para luchar contra un vicio que tenemos porque podemos, sin que nadie nos diga que lo es.
Charles
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