No es que sea un desperdicio absoluto, pero sus virtudes se me escapan. No suelo aprobar comedias que no me hacen reír y aunque la idea de Hawks es sanísima y sus intenciones las mejores, Rock Hudson no parece estar a la altura y el interés de la historia es muy discutible. Entretener a base de historias simpáticas funciona si el guión acompaña, si es atractivo, pero la pesca como deporte o afición me resbala totalmente. La relación amorosa es forzada, incongruente, sin química alguna; no me la creo. ¿Qué queda a parte de esas buenas intenciones? Poca cosa, no me he reído apenas así que la idea del experto sin práctica tiene gracia en un principio pero luego se hace todo aburridísimo y estúpido. El final es lo que está más fuera de lugar, muy lamentable. Este no es el Hawks de varios títulos enormes del oeste. Yo he perdido el tiempo con esta tontería de película.