A excepción de las opiniones más negativas, muchas de ellas infundadas, sobre esta última película de Álex de la Iglesia, estoy de acuerdo en casi todo lo que he leído, que no es poco. Para mí lo malo pesa demasiado, de manera que mi valoración se ve muy afectada por las cuestiones negativas que he visto. Quiero decir que en una película que apunta tan alto los fallos se pagan demasiado, al menos para mí, de manera que la sobreexposición de Carolina Bang es un lastre enorme, por ejemplo, y eso no es poca cosa, como tampoco lo es ese desplazamiento repentino hacia lo vulgar en un final fuera de lugar, alejado de las pautas de originalidad de todo el largometraje (hablo del epílogo más que del final, spoiler en todo caso...)

Porque el barroquismo de mitad de película en adelante mezclado con un humor negro tan lamentable es un acierto mayúsculo, hay momentos en los que a de la Iglesia parece que lo mismo le da una cosa que otra: colocar a un ser semihumano debajo de unas letrinas, que las brujas anden por el techo mientras discuten con la vecina, el aquelarre con ese monigote tetudo bestial e incomprensible... Por ello opino que este director es valiente, tira para adelante con lo que sea con el sano objetivo de entretener y eso siempre es bueno. La lista es larga, hay una cantidad de elementos absurdos y surrealistas con los que juega, como si se tratara de piezas que las suelta a propósito y que luego pueden funcionar bien unas veces, otras no, pero lo que hacen es romper con un ritmo que era de diez en el primer tercio de película.

Para mí el aspecto de road movie desde el atraco hasta los primeros frenazos es de lo mejor que he visto en mucho tiempo en el cine español, es de matrícula de honor, y es precisamente cuando las brujas protagonistas del título se meten por en medio, cuando lo esotérico y lo mágico aparece en pantalla, cuando la película va para atrás y me cansa. No le quitaré al director su mérito detrás de la cámara, pese a todo lo que digan, el uso de la imagen es sencillamente deslumbrante, asombroso, una maravilla. Incluso aquellos que rajan de arriba abajo esta película deberían reconocer los méritos en cuanto a técnica. Eso sí, el guión, loco y desajustado por momentos, ya es otra cosa, más debatible.

Aún con todo, estas brujas merecen mucho la pena.