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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
6
Drama. Thriller Después de la II Guerra mundial (1939-1945), un cardenal (Alec Guinness) es acusado de haber traicionado a su patria. Es un hombre de carácter y voluntad férrea. Su interrogador (Jack Hawkins), un hombre benevolente en apariencia, recurre primero a la amabilidad para hacerlo hablar, pero acaba sirviéndose de pruebas falsas, trucos sucios y diversas formas de crueldad para conseguir su objetivo. Sin embargo, parece que nada consigue ... [+]
23 de junio de 2018
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De un duelo interpretativo como el que vemos en "El prisionero" pocas cosas malas se pueden decir, aunque uno de ellos sea un cura que representa el bien y el otro un juez que representa el mal. Vaya, empezamos así, el clérigo es el bueno y la cosa va de derrumbarlo y que acabe diciendo lo que no es para contentar a los altos mandos. Y en la calle, por supuesto, se pegan tiros a quienes ponen en duda la política del poder establecido. Realizada en el Reino Unido, estamos en la posguerra y se está señalando con el dedo acusador a un país sin nombre, ya ves, no hay nadie culpable de tendencioso. Pero la película, pese a su parcialidad evidente, mantiene el interés por conocer el final.

Para mí, lo mejor es el inicio y el final, de manera que la materia prima teóricamente más importante, todo el interrogatorio, la evolución de la relación entre interrogador e interrogado, es algo que me ha acabado por fastidiar bastante. Ya sabemos desde el inicio lo que buscan: una confesión. La verdad, a realidad, da igual. Durante esos pesados soliloquios vamos a ver al cura Guinness explotar todos los recursos habidos y por haber que un actor puede ser capaz de desarrollar. Y lo hace bien, para arriba y para abajo, con la luz apagada y encendida, lo hace bien siendo torturado mentalmente y como remate lo hace bien estando dispuesto a acabar con la farsa. Tal vez se cree superior, sabe que será él el poseedor de la verdad aunque le cuelguen.

Al final hay una simbiosis rara entre los dos, el malo y el bueno: uno recoge y aprende del interrogado mientras le abren la puerta de la cárcel. El carcelero, que sí es de lo mejor que vamos a ver aunque sean cinco o seis apariciones únicamente, va a seguir con su mondadientes en la boca odiando al cura, o eso creo yo, que odia al cura. ¿Guinness no es un pecador prepotente?; vaya, pues eso, le abren la puerta de salida y ahí lo vemos cruzar la plaza entre el gentío. Iba para suspenso esta mala película de curas buenos y acaba siendo una película interesante de un pobre hombre que sale libre pero derrotado. Como otros tantos...
Luisito
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