Las historias que son inverosímiles y están hechas de detalles todos más inverosímiles aún, sólo se salvan si están bien hechas, tipo Tarantino, o si los actores bordan sus papeles. En este caso el resultado es muy flojo porque ante una superheroína inverosímil como la Abril no hay una interpretación salvadora. Los personajes secundarios no tienen química y sus extravagancias no están a la altura de la irrealidad que se nos quiere vender. Ni siquiera el personaje de Bardem me convence. Sólo la relación de Luppi con Dios merece la pena, su historia y vida sí que merecerían una buena película.