No me extraña que el director de esta película haya sido demonizado desde un sector muy ruidoso de la crítica general, porque dejando de lado una parte enorme de "Happiness", la porción que trata especialmente de la pederastia, hizo ampollas y sigue siendo a día de hoy una cuestión puntual del largometraje que genera mucha polémica. Y lo bueno es que hay más que eso, estoy de acuerdo en que duele muchísimo ver en la pantalla cómo un ser humano es capaz de llevar a cabo y confesar unos actos tan miserables como abusar sexualmente de menores, pero en "Happiness" hay otras tantas cosas también muy lamentables, duras y de difícil digestión.

No es una película correcta, se trata de un ejercicio premeditado que busca crear polémica y por ello confieso que lo que Todd Solondz nos enseña, aunque lo censure, por el hecho de romper con todo y por el hecho de atreverse, es algo que merece mi elogio. No me gusta que se convierta realmente en una comedia negra por el hecho de introducir elementos de distensión como todo lo que tiene que ver con el niño preadolescente del padre pederasta, pero también entiendo que de otra manera no podía hacer las cosas. El director es valiente, no cabe duda, y quiero añadir, respecto a la dureza del tema concreto del abuso de menores, que no creo que se haga apología, no se defiende algo así. Lo que hace Solondz es exponer el tema a su manera, sin más, dentro de una película con más contenido, no a través de un drama o una tragedia, lo que hace es meterlo ahí como un elemento más.

Porque el tema central es el de las apariencias, el de señalar con el dedo acusador al vecino que puede parecer perfecto y esconde miserias como todos, ahí es donde me gana, eso es lo que me gusta, que la sociedad yanki queda retratada a través de las tres hermanas y todo lo que le rodean. Aparece un pederasta, claro, pero en "Happiness" hay más, hay una historia compleja con muchos personajes, todos ellos miserables, no se salva ni el inmigrante ruso, el padre, la madre, el vecino (Philip Seymour Hoffman, espectacular), la vecina, el portero y si se descuida uno mismo hasta el espectador, nadie, absolutamente nadie sale bien parado. Por ello me gusta "Happiness", porque hay mucha caña.