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Voto de damian:
10
7,4
89.093
Western. Aventuras. Drama
Tras la Guerra de Secesión (1861-1865) y en plena colonización del Oeste (1785-1890), el desencantado teniente John J. Dunbar se dirige a un lejano puesto fronterizo que ha sido abandonado por los soldados. Su soledad lo impulsa a entrar en contacto con los indios sioux; así es como conoce a "En pie con el puño en alto", una mujer blanca que fue adoptada por la tribu cuando era niña. Poco a poco, entre Dunbar y los sioux se establece ... [+]
25 de octubre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es una obra maestra del cine de todos los tiempos y géneros.
La ví por primera vez al principio de mi adolescencia. La gente que la vea hoy se perderá, por desgracia, la inmensa impresión que causó a todo el mundo verla en pantalla grande. Cuando el protagonista atizaba el fuego bajo el cielo estrellado, daba la impresión de estar uno mismo allí con él, en la pradera, viendo miles de estrellas.
Y si la fotografía de Dean Semler es inolvidable, qué decir de la música de John Barry. Aunque engañosamente sencilla, es probablemente una de las cinco mejores bandas sonoras de la historia, sólo comparable a la de "Memorias de África".
La historia del blanco colonizador impresionado por la armoniosa cultura autóctona tuvo después muchos ecos ("El Último Samurai", "Avatar"). A un hombre maduro puede que no se le escape que en el fondo se trata de una simplificación peligrosa, nacida de una especie de sentimiento de culpa colectivo algo desenfocado. No creo en "el buen salvaje", ni que debamos añorar la cultura nómada. Es una vida dura, corta y brutal. Repetición de lo mismo todos los días, sin posibilidad de avance. Dominación de los fuertes, sin democracia, ni igualdad real para las mujeres. Gente muriendo de caries dental, por carecer de una medicina eficiente. Y con más violencia que en el mundo civilizado, en contra de lo que suele creerse. La película no es totalmente idealizante: se atisba algo de la violencia, y aunque no se incide sobre ello, si uno está atento, se ve que las mujeres no participan en las decisiones y están curando pieles de animales todo el día. Pero idealiza bastante la armonía en la que vivía el pueblo Sioux.
Sin embargo, "Bailando con lobos" es una película tan sumamente bella que hace que te olvides de todo eso. Su lirismo es profundísimo y va directo al corazón. La belleza de los paisajes, de la música, la sencillez de los sentimientos, son tales, que hace que sí termines añorando algo en realidad, aunque no sepas qué. Quizá la posibilidad de lo que podría haber sido; de lo que un día podríamos llegar a ser, si los problemas importantes se solucionan y llegamos a vivir en el paraíso. Si la armonía con la naturaleza salvaje no es algo que hayamos perdido, entonces es algo que tendríamos que ganar.
Intento encontrarle defectos importantes a la película, pero no puedo. Quizá la voz "en off" del protagonista es un poco cargante a veces. La película dura tres horas, y hay una director's cut que dura cuatro. Pero la cinta NO es demasiado larga: tres horas contemplando pura belleza y derramando lágrimas estremecido por emociones trascendentes son mejores que dos, igual que dos serían mejores que una y media. "Bailando con Lobos" fue una maravilla que cambió el cine para siempre, y a quienes nos gustó lo único que lamentamos es que no durase más.
La ví por primera vez al principio de mi adolescencia. La gente que la vea hoy se perderá, por desgracia, la inmensa impresión que causó a todo el mundo verla en pantalla grande. Cuando el protagonista atizaba el fuego bajo el cielo estrellado, daba la impresión de estar uno mismo allí con él, en la pradera, viendo miles de estrellas.
Y si la fotografía de Dean Semler es inolvidable, qué decir de la música de John Barry. Aunque engañosamente sencilla, es probablemente una de las cinco mejores bandas sonoras de la historia, sólo comparable a la de "Memorias de África".
La historia del blanco colonizador impresionado por la armoniosa cultura autóctona tuvo después muchos ecos ("El Último Samurai", "Avatar"). A un hombre maduro puede que no se le escape que en el fondo se trata de una simplificación peligrosa, nacida de una especie de sentimiento de culpa colectivo algo desenfocado. No creo en "el buen salvaje", ni que debamos añorar la cultura nómada. Es una vida dura, corta y brutal. Repetición de lo mismo todos los días, sin posibilidad de avance. Dominación de los fuertes, sin democracia, ni igualdad real para las mujeres. Gente muriendo de caries dental, por carecer de una medicina eficiente. Y con más violencia que en el mundo civilizado, en contra de lo que suele creerse. La película no es totalmente idealizante: se atisba algo de la violencia, y aunque no se incide sobre ello, si uno está atento, se ve que las mujeres no participan en las decisiones y están curando pieles de animales todo el día. Pero idealiza bastante la armonía en la que vivía el pueblo Sioux.
Sin embargo, "Bailando con lobos" es una película tan sumamente bella que hace que te olvides de todo eso. Su lirismo es profundísimo y va directo al corazón. La belleza de los paisajes, de la música, la sencillez de los sentimientos, son tales, que hace que sí termines añorando algo en realidad, aunque no sepas qué. Quizá la posibilidad de lo que podría haber sido; de lo que un día podríamos llegar a ser, si los problemas importantes se solucionan y llegamos a vivir en el paraíso. Si la armonía con la naturaleza salvaje no es algo que hayamos perdido, entonces es algo que tendríamos que ganar.
Intento encontrarle defectos importantes a la película, pero no puedo. Quizá la voz "en off" del protagonista es un poco cargante a veces. La película dura tres horas, y hay una director's cut que dura cuatro. Pero la cinta NO es demasiado larga: tres horas contemplando pura belleza y derramando lágrimas estremecido por emociones trascendentes son mejores que dos, igual que dos serían mejores que una y media. "Bailando con Lobos" fue una maravilla que cambió el cine para siempre, y a quienes nos gustó lo único que lamentamos es que no durase más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Muchos se quejan de que el protagonista se enamore de una blanca adoptada por los indios, en lugar de enamorarse de una india auténtica. Puede que eso fuera porque es una película del año 90 (recuerdo a todos que, entonces, un presidente de EE.UU de raza negra era todavía impensable, y Hollywood siempre ha sido lento en la adopción como normal del sexo interracial). Pero yo creo que se debe simplemente a un truco narrativo: hacía falta que Dunbar aprendiese el idioma de los indios rápidamente, ¿y qué mejor que una blanca capturada para hacer de intérprete, y que además cumpla la doble función de "love interest"? Además, el marido muerto de En-pie-con-el-puño-en-alto es indio, y en el montaje del director, ella se abraza a su cadáver y le llora con verdadera amargura. Si algo no es esta película, es racista.
"El camino del verdadero ser humano" es la esencia de la historia. Incluso Timmons, el mulero estúpido y de modales repulsivos que no para de escupir y tirarse pedos durante su viaje con Dunbar hasta el fuerte, cuando está herido y asaeteado, y los indios vienen ya a por él, justo antes de morir, dice "No le hagáis daño a mis mulas". La película está llena de estos pequeños detalles, que hablan, en el fondo, del amor. El amor puro. A la pareja, al amigo, a la tribu, a la naturaleza y a los animales. Ese es el camino. Sencillamente insuperable.
"El camino del verdadero ser humano" es la esencia de la historia. Incluso Timmons, el mulero estúpido y de modales repulsivos que no para de escupir y tirarse pedos durante su viaje con Dunbar hasta el fuerte, cuando está herido y asaeteado, y los indios vienen ya a por él, justo antes de morir, dice "No le hagáis daño a mis mulas". La película está llena de estos pequeños detalles, que hablan, en el fondo, del amor. El amor puro. A la pareja, al amigo, a la tribu, a la naturaleza y a los animales. Ese es el camino. Sencillamente insuperable.