La película que nos ocupa, que funciona como remake del clásico “La cuadrilla de los once” (1960), nos ofrece una tradicional aventura de estafas/atracos que es agradable de ver, pero que no aporta demasiado más allá de la presencia de algunos actores extremadamente reconocidos.

Cuando arranca, a pesar de intentar imprimir un ritmo rápido y divertido, se queda a medio camino, y empieza a mostrar las irregularidades de un guion funcional, pero poco inspirado, que permanecerá en esa línea durante el resto de la trama. A partir de ahí, se va desarrollando una historia de estafa o atraco perfecto bastante convencional, que se deja ver gracias a la fluidez con la que se desarrolla todo, pero que en ningún momento llega a aprovechar su potencial, siendo en general poco memorable.

Uno de los aspectos más destacados de la película es la presencia de algunos intérpretes especialmente carismáticos, que sirve para fortalecer las bases de una propuesta que por sí sola sería bastante mediocre. La presencia de actores reconocidos de Hollywood entre los que destacan George Clooney, Brad Pitt, Julia Roberts y Andy García, por mencionar los que tienen un papel más destacado, está ahí, pero muchos no llegan a aportar demasiado, y todos están en piloto automático dentro de un guion que no da para mucho. De hecho, y relacionado con los personajes, me llama la atención como los protagonistas reúnen a un grupo de auténticos profesionales para dar su “golpe perfecto”, pero a la hora de la verdad no queda demasiado claro qué papel desempeñan muchos de ellos, dando la sensación de que la mayoría son incluso prescindibles y simplemente están ahí para hacer bulto.

A pesar de todo lo que comento, nos encontramos frente a una propuesta moderadamente entretenida, que resulta agradable de visionar para un público general. Una película con cierto carisma, pero también una cargada de conveniencias de guion y situaciones que podrían no tener mucho sentido en cuanto nos paremos a pensar.