Atraviesa con elegancia las zonas más tenebrosas de un urbanita en estado primitivo, capaz de los peores desmanes y también de una capacidad de ternura que le redimirá y también le hará polvo.
Un trayecto psicosocial insólito en el cine español, realizado con gran talento, dominio cinematográfico y excelente dirección de actores.
Un trabajo de primerísima fila en el caso de Karra Elejalde y Ana Álvarez con notables secundarios que cuenta con una Silvia Marsó espléndida.
Una película cargada de eficaz intriga, bien afilado suspense y extraño erotismo.
Lástima que todo lo que hizo después este director me aburrió soberanamente.
Por eso, cada tanto vuelvo a recorrer el laberíntico, estremecedor universo poético de esta Madre Muerta llena de vida.